El Aaiún ocupado, 15 de marzo de 2021(SPS)- La represión marroquí contra los civiles saharauis en los territorios ocupados del Sáhara Occidental está desarrollándose a niveles incalificables, especialmente desde el estallido de la guerra en la región debido a la violación marroquí de los acuerdos militares del alto el fuego, lo que obligó al pueblo saharaui a defenderse legítimamente tras tres décadas de resistencia pacífica y disposición política a un proceso de paz que resultó ser una mera extensión técnica del conflicto.
Desde el 13 de Noviembre, fecha reanudación de la guerra, la escalada militar es análoga a la escalada represiva que las fuerzas del régimen marroquí ejercen con el objetivo de eliminar física e ideológicamente a cualquier ciudadano saharaui que se exprese por sus derechos. La gran ola de represalia desatada, en mayor medida contra periodistas y activistas de derechos humanos, especialmente mujeres y jóvenes menores, han provocado protestas que también fueron desmanteladas por las fuerzas policiales. El cerco en los territorios ocupados es extraordinariamente intenso, la red represiva es implacable y alcanza a todos los sectores, áreas y ámbitos de la sociedad civil saharaui residente en las ciudades de El Aaiún, Smara, Dajla y Bojador. Sometidos ya no solo a violencia física, sino a la discriminación laboral, escolar y profesional. Una segregación que usa como criterio el pensamiento político de cada individuo.
El régimen marroquí ha convertido a los territorios saharauis ocupados en una especie de extensa prisión al aire libre, usando la represión desproporcionada como instrumento para intimidar y crear consenso por la fuerza de la violencia, infligiendo para ello: palizas, persecuciones, detenciones, juicios arbitrarios, asaltos domiciliarios, cortes deliberados de electricidad y telefonía.
Esta exacerbación de la violencia marroquí contra civiles saharauis indefensos ha llevado al Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui, a advertir a la ONU del grave riesgo de represión sistemática que viven las zonas, exigiendo por ello intervenir de inmediato. En la misma línea, organizaciones, activistas y periodistas presentes en las zonas ocupadas hacen un llamamiento a Cruz Roja Internacional para que proteja a los ciudadanos de las flagrantes violaciones de sus derechos que hace el estado marroquí. Aplicando el IV Convenio de Ginebra sobre protección de civiles en tiempos de guerra, del 12 de agosto de 1949, al que el Reino de Marruecos se adhirió el 26 de julio de 1956.
Estos execrables actos, documentados y fotografiados, continúan produciéndose a día de hoy sin que nadie intervenga para proteger a los civiles saharauis en situación de conflicto armado, condición que hace necesaria su protección según el derecho internacional humanitario. Pese a todo ello, ni Cruz Roja Internacional ni el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas han intervenido en el territorio a pesar de denunciar en sus informes la represión marroquí y tener constancia detallada de las violaciones que tienen lugar, reduciendo su actitud a diplomacia declaratoria. SPS
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