Bir Lehlu (República Saharaui), 9 de abril de 2021(SPS)-. El Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática ha emitido un comunicado sobre los últimos progresos en la cuestión nacional, a continuación reproducimos el comunicado de forma íntegra:
República Árabe Saharaui Democrática
Ministerio de Asuntos Exteriores
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Comunicado
En los últimos tres decenios, Marruecos ha tratado, con un fuerte apoyo, en particular de Francia, de enterrar el Acuerdo de Paz firmado con el Frente Polisario en 1991, que debía conducir a la organización del referéndum de autodeterminación.
Aunque Hassan II, después de dieciséis años de guerra devastadora y de enfrentamientos diplomáticos, había concluido que Marruecos no podía lograr una victoria militar y diplomática a través de la guerra, su sucesor, Mohamed VI y su equipo concluyeron lo contrario.
El Acuerdo de Paz, firmado por ambas partes y ratificado por unanimidad por el Consejo de Seguridad, afirma en sus párrafos 4, 5 y 6 que el referéndum de autodeterminación es una solución «consensual», «práctica» y «realista» que goza de «la aprobación del pueblo saharaui» y al mismo tiempo " la aprobación de la comunidad internacional ".
La reanudación de la guerra desde el 13 de noviembre pasado es la consecuencia lógica de la retirada marroquí del acuerdo entre las dos partes y de las continuas violaciones por parte de la Potencia ocupante, por lo que el Consejo de Seguridad se enfrenta a sus responsabilidades como garante, junto con la Unión Africana, de la aplicación de dicho acuerdo.
La República Saharaui considera que no es justo ni legal castigar al pueblo saharaui impidiéndole gozar de su libertad, de sus derechos inalienables y de ocupar su lugar entre los pueblos y las naciones, tras treinta años de cooperación activa y positiva con las Naciones Unidas en el marco de sus responsabilidades y de sus esfuerzos por descolonizar el Sáhara Occidental, último bastión del colonialismo en África.
Treinta años de espera para que la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) lleve a cabo su misión de organización del referéndum fue una prueba suficiente que el Estado saharaui y sus instituciones pudieron superar con un éxito total, demostrando asimismo su gran capacidad para garantizar la seguridad y la estabilidad en todo el territorio nacional y también en nuestra subregión en el marco de la cooperación en materia de seguridad con los países limítrofes.
Ante la obstrucción marroquí del referéndum, cuyo verdadero motivo es la convicción de la otra parte de que es imposible ganarlo, el Consejo de Seguridad no tiene entonces la posibilidad de eludir sus responsabilidades. Por consiguiente, la legalidad internacional en la materia debe aplicarse sin demora y debe abrirse la vía al Estado saharaui para que ocupe su lugar natural entre los países miembros de las Naciones Unidas, como ya es el caso en el ámbito de la Unión Africana.
Ha llegado el momento de que el Reino de Marruecos avance hacia la paz con la República Saharaui y con todos sus vecinos, abandone la política de ocupación y expansión, agresión y chantaje.
El Reino de Marruecos debe dejar de exportar sus crisis internas mediante la creación de enemigos imaginarios a fin de ganar tiempo en un intento condenado al fracaso de legitimar su ocupación, ya que el precio de tal política sólo traerá a Marruecos más pobreza, analfabetismo, subdesarrollo y privaciones.
El silencio ante la continuación de la expansión y la agresión marroquíes y la complicidad con la voluntad de Rabat de cambiar sus fronteras internacionalmente reconocidas son la causa de la guerra y la inestabilidad en la región noroeste de África y sigue siendo el único obstáculo para la integración económica, la cooperación y el desarrollo.
La consolidación de la soberanía de la República Saharaui mediante la ocupación del lugar que le corresponde naturalmente en el seno de las Naciones Unidas, después de 30 años de cooperación activa con las Naciones Unidas y su conducta responsable como miembro fundador de la Unión Africana, se impone ahora como respuesta a la posición del ocupante marroquí que rechaza el referéndum de autodeterminación y se impone también como condición necesaria para garantizar una paz justa y definitiva que ofrezca todas las condiciones de estabilidad, integración y seguridad en la región.
Esa seguridad, que se ve constantemente amenazada por la política del Reino de Marruecos de utilizar las drogas como arma, empobrecer a los jóvenes, excluirlos, empujarlos a la inmigración clandestina o a las filas de grupos terroristas, como confirman todos los informes internacionales.
Bir Lehlu, 9 de abril de 2021