Chahid El Hafed (Campamentos de Refugiados Saharauis), 31 de octubre de 2018(SPS)-. El 31 de octubre de 1975, se cumplen 43 fatídicos años de la invasión militar del Sáhara Occidental por Marruecos.
Con una coyuntura internacional marcada por la crisis mundial de los 70 y sobre todo, la guerra fría, empezó así a gestionarse con la ayuda de algunas potencias occidentales, la invasión más vil de la historia contemporánea.
Mientras eso ocurría, un pueblo indefenso, marcado por las secuelas coloniales, se desplazaba bajo los cobardes bombardeos de fuego enemigo hacia la tierra más inhóspita, comenzando la condena masiva más dolorosa de la historia contemporánea saharaui. En este panorama comenzaba así el episodio negro de la Invasión marroquí al Sahara Occidental.
Con esta deplorable ocupación del territorio se usurpó la patria saharaui, se exilió un pueblo y se violaron tantas normas del derecho internacional.
En un intento de camuflar esta invasión ante la Comunidad Internacional, Marruecos moviliza a miles de colonos marroquíes, la mayoría pobre y marginada, gente de los bajos barrios, condenados y aquéllos que el rey quiere lejos.
Típico, Marruecos copió a su socio español su método de conquista. Recuérdese lo que hizo España en América Latina, llevó al nuevo mundo, bandidos, condenados a muerte, galeotes…
De esta forma España se retiraba del Sahara Occidental con un proceso de descolonización inconcluso, abortando la legalidad internacional, pisoteando las normas y resoluciones de organismos internacionales.
Pero los sufrimientos del pueblo saharaui sólo acababan de comenzar, dos semanas después, se producía la firma del tristemente célebre Acuerdo Tripartito de Madrid, el 14 de noviembre de 1975 entre la España franquista, el régimen marroquí de Hassàn II y la Mauritania de ULD Dadàh, un acuerdo que sirvió de tapadera , para legalizar la invasión del territorio saharaui.
Es lamentable que España tras 43 años sigue desentendiendo de su responsabilidad para con el pueblo saharaui, continúa privilegiando sus relaciones con Marruecos, sirviendo de cómplice en los sufrimientos del pueblo saharaui, en el saqueo de sus recursos naturales y aniquilando cualquier esperanza que pueda desarticular el conflicto con una solución que permita a los saharauis ejercer su derechos a la autodeterminación y la independencia.
España sigue eludiendo sus responsabilidades como potencia administrativa de iure del Sahara Occidental. Tal elusión y falta de decoro lo ilustra su Exteriores al afirmar en declaraciones recientes durante su comparecencia ante la comisión de Asuntos Exteriores del Senado del 25 de octubre, donde el senador canario Rodríguez Cejas le preguntó al ministro, si España defiende el cumplimiento de los Derechos Humanos y la legalidad internacional, el ministro español respondió que "España no es considerada potencia administradora en el proceso de descolonización del Sáhara Occidental”. De esta forma, según se desprende de las palabras del responsable español, el ejecutivo actual va seguir por el camino de anteriores gobiernos, traicionado al pueblo saharaui y privilegiando las relaciones con Marruecos.
Después de todo, ¿qué se puede pedir a España transcurridos 43 años?
El Frente POLISARIO en sucesivas ocasiones ante los organismos internacionales, ha condenado la invasión marroquí, ha planteado la nulidad de los acuerdos de Madrid y ha subrayado la responsabilidad de España como potencia administrativa del territorio en el proceso de descolonización de la última colonia en el continente africano.
Las secuelas de aquella cobarde invasión siguen vigentes .La agresión marroquí produjo el desplazamiento de miles de saharauis a los confines de la Hamada argelino, un lugar hostil en la que permanecen resistiendo y sostenidos por una moral alta durante más de cuatro décadas.
Otra de las consecuencias es la división del pueblo saharaui: la agresión separó a familias enteras, separó hermanos, esposos.
La invasión marroquí sembró asimismo por su paso, terror. La agresión dejó secuelas físicas y psicológicas que marcaron a muchas personas durante todos estos años.
En la memoria colectiva saharaui se recuerdan los trágicos sucesos de 1976. A penas España se retira del territorio, Marruecos comienza su guerra de aniquilación, bombardeando con fósforo blanco y napalm los campamentos de Tifariti, Guelta Zemur y Um Dreiga. Todo ello ocurrió frente al mundo, sin que la comunidad internacional mueva un dedo para detener esta injusticia cometida contra un pueblo inocente e indefenso.
Desesperación, represión, persecución, miedo, caos, Muerte y fosas comunes, la más reciente fue hallada este año en la región de M’heiriz, Territorios Liberados de la RASD, ese era el panorama que recuerdan muchas víctimas de aquella tragedia.
La invasión al territorio y los acuerdos de Madrid no fueron sino un desafío para los saharauis a la lucha para conquistar la independencia.
Era tanto el odio al invasor que los saharauis impusieron una férrea resistencia que dura hasta hoy en día con el Levantamiento de la Independencia en la Zonas Ocupadas.
La lucha contra la ocupación marroquí y a favor de la independencia crece. El levantamiento del campamento de Gdeim Izik en 2010, ilustra la dimensión y el alcance de las reivindicaciones del pueblo saharaui por su amada patria.
La causa del pueblo saharaui se fortalece y cosecha apoyos y respaldos a nivel internacional.
El pueblo saharaui que rememora la fecha de la cobarde invasión del territorio, tiene la esperanza de que los responsables de esta tragedia puedan ser un día enjuiciados por genocidio y crímenes contra la humanidad. SPS