Alfonso Lafarga.-
A lo largo de su historia como periodista en El País Rosa Montero denunció en repetidas ocasiones la situación de los saharauis, a los que “colonizamos y explotamos durante casi 100 años, para luego venderles y abandonarles como quien arroja un papel viejo”.
Ante esto, la recientemente galardonada con el Premio a la Solidaridad Juan Antonio González Caraballo pidió no mirar para otro lado: “Si ahora no apoyamos de verdad a los saharauis pondremos la guinda a una historia de infamia”, escribió el 4 de septiembre de 1991, justo dos días antes de que el Frente Polisario y Marruecos firmaran el alto el fuego después de 16 años de guerra. En ese artículo llamó “energúmeno” al rey Hassan II, “famoso por sus mazmorras de tortura” , que “incumple de manera flagrante los mandatos de la ONU y masacra civiles, con ayuda del fino armamento que España le vende”.
Cuatro años después, el 16 de julio de 1995, la periodista recordó que los saharauis aunque “fueron nuestra colonia” y “les prometimos la independencia” “les traicionamos, les vendimos a Marruecos y les dejamos abandonados mientras Hassan les invadía militarmente” “bombardeando con napalm a los fugitivos: desoladas columnas de mujeres, de ancianos, de niños. Es una de esas atrocidades de la historia, una brutalidad de la que casi nadie se hizo eco”.
Rosa Montero relato que los saharauis se refugiaron en la hamada argelina y consiguieron “organizar una pequeña sociedad”: “Sus jóvenes son ahora mucho más cultos que antes, cuando estaban bajo la torpe soberanía española; y han conseguido crear un ágil colectivo de universitarios y de técnicos. Cuando los españoles nos fuimos (cuando les traicionamos), sólo un saharaui tenía titulación superior”.
“Su proeza (sobrevivir, organizarse, resistir) es colosal. Basta con pensar que al principio, cuando llegaron muertos de hambre a Tinduf, los campamentos eran como los que ahora acogen a los refugiados de Ruanda: centros de muerte, de enfermedad y desolación. En las primeras semanas, los niños fallecieron a centenares. Pero supieron sobreponerse a esa miseria embrutecedora, al despojo, al exilio. Y volvieron a construirse como pueblo, ” escribió.
Pero la traición siguió con la democracia. El 31 de mayo de 2005, después de relatar “la cobarde indignidad” del trato que España les dio “aquel 14 de noviembre de 1975, cuando, mientras Franco agonizaba, dividimos el Sáhara en dos porciones y se lo entregamos a todo correr y de tapadillo a Marruecos y Mauritania”, la periodista señaló que “los saharauis saben bien lo que es la mentira y el abandono”: “Ese Felipe González que iba por los campamentos prometiendo justicia, ¿qué hizo luego, cuando pudo hacerlo, y ahora dónde está? Y este Gobierno de Zapatero que les está dejando caer, que les está apoyando incluso menos de lo que hizo el PP, ¿no sentirá siquiera algo de vergüenza?
En varios artículos la periodista madrileña se refirió a la “enorme, atroz injusticia” que se hizo y se hace al pueblo saharaui, a pesar de lo cual apuestan por la vía pacífica:
– “Ahí siguen los saharauis, dignamente de pie en su recalentado infierno, sin haber recurrido al terrorismo e intentando mantener la vida y la esperanza” (31.05.2005).
– “Los saharauis, en condiciones durísimas, han tenido la serenidad, el coraje moral y la cordura de no recurrir al terrorismo, y eso que sin duda hubiera sido más fácil, porque vivimos en un mundo en el que parece que sólo se hace caso a los que matan” (14.11.2006).
– “Hasta ahora han apostado por la diplomacia, por la modernidad y la moderación, pero la comunidad internacional no está premiando su heroica elección de la vía pacífica”. “Apoyando a los saharauis potenciaríamos el islam más tolerante, pero lo que estamos haciendo es justo lo contrario: es como decirles que, si no ponen bombas, no se les hace caso”. (14.04.2009).
– “Cuarenta años sin recurrir al terrorismo (así se lo pagamos)”. (6.05.2014).
Siento vergüenza
Y si en uno de sus artículos Rosa Montero preguntó a Zapatero si no sentía vergüenza por lo que hacía al pueblo saharaui, el 8 de mayo de 2016, a raíz de de la muerte del sindicalista saharaui Brahim Saika, de 32 años, que se encontraba en huelga de hambre, se sinceró en un artículo titulado Vergüenza:
“Ahora es a mí a quien me dan ganas de gritar mientras escribo esto, porque los saharauis también se me habían casi borrado de la memoria; y eso que he estado un par de veces en los campamentos de refugiados, y que siempre me he sentido muy próxima a su causa, y que en total habré escrito una veintena de reportajes y artículos sobre ellos. Pero los años pasan como una lluvia de plomo, y la implacable política marroquí de represión y aplastamiento, junto con la atroz indiferencia de la comunidad internacional, han conseguido enterrar en vida a este pequeño, heroico, tenaz pueblo. Y lo peor es que la indiferencia no es sólo de los Gobiernos, sino también de las organizaciones supuestamente progresistas, porque de los palestinos se habla mucho, pero de los pobres saharauis nadie dice nada, aunque su situación sea aún más crítica. Pero, claro, son un puñado de gente sin petróleo ni interés geoestratégico. A nadie parece importarle su sufrimiento”
“Vergüenza. Siento vergüenza personal por mi desmemoria, pero, sobre todo, siento una infinita vergüenza colectiva, porque España es la culpable de este drama”.
“Marruecos ha incumplido una y otra vez las resoluciones de la ONU y ha cometido todo tipo de tropelías, pero España sigue besándose con ese monarca alauí al que tanto quiere nuestra Corona. Y no sólo no hemos defendido jamás a los saharauis, sino que además hemos sido el principal proveedor de armas a Marruecos, de esas armas con las que después los aniquilan. No quiero ni pensar en la desesperación que deben de sentir los refugiados, en su negro convencimiento de que no hay salida: “Marruecos nos está matando a fuego lento”. Puede que algún día todo ese sufrimiento se transmute en violencia terrorista y entonces les condenaremos y nos frotaremos las manos. Convertidos en malos, se acabó la culpa”.´
Más recientemente, el 5 de agosto de 2019, confesó en Facebook: “Me avergüenzo personalmente de haber tenido el tema del Sahara durante mucho tiempo como uno de mis temas prioritarios, pero de haberme olvidado demasiado de ello en los últimos años. Así de abandonados los tenemos, España y toda la comunidad internacional, pero España es doblemente culpable de esta tragedia que se está petrificando. Terrible de verdad”.