Bojador (Zonas Ocupadas del Sahara Occidental), 21 de marzo de 2021(SPS)-. La activista saharaui de derechos humanos, Sultana Sidbrahim Jaya ha calificado la situación de los derechos humanos en las ciudades ocupadas del Sahara Occidental de grave e insostenible.
En una carta girada al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, la presidenta de la Liga Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos y la protección de los recursos naturales, dijo que tras el reinicio de la guerra, el 13 de noviembre de 2020,la ocupaciòn marroquí ha desatado un infierno en las ciudades ocupadas.
“La militarización de las ciudades ocupadas, el retorno flagrante a los métodos de secuestro y detención arbitraria, allanamientos de casas, acoso a activistas de derechos humanos y sus familias. Maltratos, vigilancia, arrestos, torturas y desapariciones. Restringir la libertad de movimiento de activistas y profesionales de los medios de comunicación y exponerlos al chantaje material y moral. Empeoramiento y deterioro de las condiciones de los presos civiles saharauis en las cárceles marroquíes .Pobreza extrema, privaciones, marginación y racismo”, así es como describe Jaya, la alarmante situación de los derechos humanos en las Zonas Ocupadas.
Ante esta situación, advierte la también miembro del Instancia Saharaui Contra la Ocupación Marroquí, se requiere una intervención urgente y decisiva de la comunidad internacional y sus organizaciones de derechos humanos para proporcionar seguridad, estabilidad, justicia en el Sahara Occidental.
En ese sentido, ha subrayado la necesidad de ampliar las competencias de la MINURSO para que abarquen el control y observancia de los derechos humanos” como una necesidad urgente para poner fin a las graves violaciones, o al menos, informar sobre los abusos que padecen todos los ciudadanos saharauis indefensos en las ciudades ocupadas”.
En cuanto a su propia situación, la activista saharaui, asegura en su misiva al Titular de la ONU, “que continúa agravándose debido a la opresión, el abuso, el acoso, el asedio y las humillaciones de todo tipo. Desde mi regreso de España; las formas de abuso y agravios se han multiplicado drásticamente, afectando a todos los miembros de la familia, incluida mi anciana madre”, dice y añade: “esto es solo una parte de lo que vivo.”
Ha lamentado que la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) sea la única fuerza en el mundo que acepta las transgresiones y convive con ellas con pretextos endebles.
Por último, ha expresado su esperanza de que las organizaciones humanitarias de las Naciones Unidas, encabezadas por la Cruz Roja Internacional, puedan monitorear y constatar la situación de los derechos humanos en las Zonas Ocupadas del Sahara Occidental.
Casi 120 días de arresto domiciliario”, sufriendo agresiones físicas, vejaciones e insultos, la activista saharaui se mantiene inhiesta en su propósito y resistiendo por la causa de su pueblo. SPS/090/099TRAD