Por
Redacción
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Periodistas de Aragón
La Asociación de Periodistas de Aragón (APA) acoge, este viernes, la presentación del libro ‘Regreso al Sáhara’ (Editorial Comuniter), donde Luis Granell narra sus vivencias en el territorio africano a principios de la década de los 70. El acto, que podrá seguirse de manera presencial y vía streaming, comienza a las 10.30 horas. Intervendrán además del autor, Eva Pérez Sorribes, directora de contenidos de Cadena SER en Aragón, y el editor Manuel Baile.
En 1972 y 73 el autor vivió durante 15 meses en el Sáhara, la última colonia española en África, oficialmente considerada ‘provincia número 51’. Casi medio siglo después repasa desde su perspectiva de periodista sus recuerdos del desierto, cuáles eran sus recursos, cómo vivían sus habitantes, su historia o el urbanismo de El Aaiún. Pero también quiénes eran los militares que dirigían la administración o mandaban las principales unidades, así como su trayectoria durante la transición a la democracia.
Luis Granell, en su estancia en el Sáhara
Este no es un libro de geografía, tampoco de economía, ni de política. Es un poco de todo eso, pero es también un libro personal, en el que se narran las vivencias y sentimientos íntimos del autor. Por eso aparecen en él cuestiones que sonarán a los españoles con edad suficiente como para haber hecho el servicio militar obligatorio.
Luis Granell confiesa que se sintió feliz cuando, ya licenciado, se marchó del Sáhara Occidental . No imaginaba entonces que el drama que vive el pueblo saharaui desde que el franquismo lo abandonó en manos de Marruecos avivaría aquellos recuerdos y le haría solidarizarse con su causa. No imaginaba que, 40 años después, volvería al Sáhara. Pero esta vez al territorio que controla el Frente Polisario y a los campamentos de refugiados, situados en suelo argelino, en los que residen los saharauis que escaparon de la represión marroquí.
En ‘Regreso al Sáhara’ se describe, con cruda pero también humana realidad, la difícil situación en que viven muchos miles de personas, las de más edad con viejos DNI españoles aún en el bolsillo, a las que buena parte del mundo, y sobre todo España, parece haber dado la espalda.