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Abdulah Arabi: “La MINURSO ya no tiene ningún papel en el Sáhara Occidental”

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DELEGADO DEL FRENTE POLISARIO EN ESPAÑA
NÉSTOR PRIETO. Periodista del digital 'Descifrando la Guerra'  03/01/2021 Fuente: Mundo Obrero
La estratégica “brecha del Guerguerat” ha sido el detonante del Estado de Guerra que vive el Sáhara Occidental
desde el 14 de noviembre. Se rompen tres décadas de alto el fuego auspiciadas por la ONU, que no ha sido capaz de cumplir su cometido: la celebración de un referéndum de autodeterminación. La tensión se agrava por el reconocimiento del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental a cambio del establecimiento de relaciones diplomáticas de Marruecos con Israel. El delegado del Frente Polisario en España dice que la Administración Biden “debe corregir ese error”.
MUNDO OBRERO: Después del desalojo de los civiles saharauis en la brecha del Guerguerat se rompió el alto el fuego por parte de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). ¿Cuál es la situación actual?
ABDULAH ARABI: La situación actual es de guerra. La ruptura del alto el fuego viene después de 29 años de paciente espera del pueblo saharaui, a que la misión de las Naciones Unidas que se encuentra sobre el terreno, aparte de vigilar el alto el fuego, aplicara el Plan de paz y realizara un referéndum mediante el cual el pueblo saharaui pudiera decidir sobre su futuro. Veníamos alertando que el pueblo saharaui y su paciencia ya estaban llegando a sus límites, apelamos a la comunidad internacional.
Marruecos abrió una brecha ilegal dentro del muro militar marroquí construido en 2001, con el objetivo de saquear los recursos naturales del Sáhara Occidental. Lo denunciamos, las Naciones Unidas lo recogió en su informe y pidió a Marruecos que dejara de construir esa brecha. Luego la asfaltó, el ejército saharaui se posicionó para evitar su asfaltado, la comunidad internacional nos pidió que evitáramos la ruptura del alto el fuego con la condición de que mandarían una comisión técnica para evaluar la situación. Marruecos lo impidió y siguió saqueando los recursos por esta vía. Entonces el pueblo saharaui se desplazó hasta esta brecha ilegal y la bloqueó. Hemos dicho como Frente Polisario que nuestros civiles tienen todo el derecho a manifestarse y tenemos el deber de defenderles. Marruecos intentó agredirles con sus militares y respondimos. A partir de ese momento, nos encontramos en una situación de guerra.
 
M.O.: ¿Esta declaración del estado de guerra supone una ruptura total del Plan de Arreglo y de unas eventuales negociaciones en Naciones Unidas?
A.A.: Seguimos apostando por la vía pacífica, entendemos que la paz es la mejor solución y es por la que trabajamos y luchamos, pero la comunidad internacional debe entender que estamos ante una cuestión de derecho internacional. El Sáhara es un territorio no autónomo pendiente de descolonización, España sigue siendo la potencia administradora de ese territorio y la ONU tiene que descolonizar el territorio mediante la aplicación del derecho internacional. Lo que se ha roto es el alto el fuego y, por ende, el Plan de Arreglo. No se pueden separar. Marruecos sigue ocupando un territorio de manera ilegal y saqueando sus recursos bajo la protección de los cascos azules y la MINURSO; eso es lo que nosotros no vamos a aceptar. Con la ruptura del alto el fuego, la MINURSO ya no tiene ningún papel en el terreno del Sáhara Occidental.
 
M.O.: Entendiendo que la vía que hasta ahora contemplaba el Plan de Arreglo se da por rota, ¿cuál es el escenario hacia el que quiere caminar el Frente Polisario con la declaración del estado de guerra?
A.A.: Nosotros apostamos por una vía pacífica desde el año 1991, pero esa vía se ha convertido en una forma de prolongar la ocupación ilegal de nuestro país por parte de Marruecos, y al final se ha roto. Ahora lo que hay es una guerra, nosotros estamos abiertos a otras soluciones, siempre que permitan al pueblo saharaui ejercer su derecho a la autodeterminación. Reclamamos que se aplique el Derecho Internacional. No puede olvidarse que el Sáhara Occidental es un territorio bajo ocupación, que tiene una descolonización pendiente y que está presente en la cuarta comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Todo proceso de descolonización requiere que el pueblo se pronuncie mediante un referéndum de autodeterminación sobre lo que quiere ser. Nosotros defendemos la vía de la independencia y esa opción tiene que estar presente en cualquier alternativa. En el plan de paz estaba claro: era elegir entre la independencia el pueblo saharaui o la integración en Marruecos; más concesión que eso el pueblo saharaui y el Frente Polisario no pueden hacer, salvo claudicar y entregar su territorio a una potencia ocupante.
 
M.O.: El Frente Polisario advirtió en su XV Congreso de que utilizaría todas las herramientas a su disposición, incluyendo la vía armada. ¿Se tenía ya claro que este escenario de guerra iba a llegar ante la parálisis de la MINURSO, o ha venido impuesto por la situación?
A.A.: En diciembre del año pasado le dijimos a las Naciones Unidas que nosotros no podíamos continuar como los últimos 29 años, solicitamos que mostrara indicios de que realmente quiere aplicar el pan de paz con su letra y espíritu, que es permitir al pueblo saharaui decidir mediante un referéndum de autodeterminación. Un año después, eso no se ha hecho y ha sido uno de los factores que ha provocado la ruptura. El desencadenante ha sido una agresión por parte de Marruecos a nuestros civiles, algo totalmente inaceptable para el Ejército Nacional saharaui. Marruecos no entiende de diálogo, sólo intenta utilizar la fuerza. Estamos a 10 años de los sucesos de Gden Izik, y ahora iban a atacar civiles con su ejército. Si esto no es una ruptura del alto el fuego, ya me dirá el Secretario General de la ONU qué espera que haga Marruecos para que se rompa.
 
M.O.: Como delegado del Frente Polisario en España ¿cómo valora la posición que está teniendo el gobierno de España?
A.A.: El Gobierno de España de los últimos años viene tomando una postura muy débil que no concuerda con sus responsabilidades políticas y jurídicas, ni con el sentir de la sociedad española. En las relaciones bilaterales, las políticas de entendimiento y buena vecindad han sido aprovechadas por Marruecos como mecanismo de chantaje y manipulación permanentemente, con temas como el flujo migratorio, cuestiones de seguridad, la droga, etc. España ha cedido lamentablemente a ese chantaje y es Marruecos quien controla y establece los tiempos; si hay un debate a nivel de la ONU sobre el Sáhara Occidental, suelta las pateras hacia España, luego lo para en función del posicionamiento. Eso ha condicionado que en los últimos años España no sea capaz como gobierno de mencionar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
 
Hace unos días se han cumplido 45 años de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, que son ilegales y que se firmaron en la época dictatorial. Sigue pendiente este tema que ningún gobierno de la democracia ha sido capaz de enmendar. Este gobierno de coalición se encuentra ante una encrucijada histórica entre facilitar la solución del Sáhara Occidental o seguir la política de chantaje de Marruecos. Ningún gobierno de España puede tolerar que Marruecos machaque a los activistas saharauis, que expulse delegaciones de parlamentarios, sindicalistas y sociedad civil de los territorios ocupados. No se puede permitir que sigan enviando y parando pateras cuando les interesa. Siempre hemos tenido esperanza en que las nuevas generaciones de políticos españoles sean capaces de cambiar esto, pero para que haya una política firme con Marruecos se requiere de algo que hasta ahora ha estado ausente: valentía.
 
M.O.: Teniendo en cuenta el peso de Estados Unidos en la geopolítica mundial, ¿cómo valora el reconocimiento del Sáhara Occidental como un territorio bajo soberanía marroquí?
A.A.: La proclamación del presidente saliente Trump no se ajusta al Derecho Internacional. Rompe la tradicional postura de Estados Unidos respecto al Sáhara Occidental y deja una gran problemática abierta para la nueva administración estadounidense. Nosotros confiamos en que la nueva administración adquiera una perspectiva lógica y trate de corregir y enmendar este error que pone en cuestión el papel de los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Este país era el encargado de elaborar los borradores de todas las resoluciones respecto al Sáhara Occidental y ahora mismo se encuentra en una posición realmente extraña. La descolonización figura en la agenda de las Naciones Unidas, donde se aprueban anualmente resoluciones en las que Estados Unidos como país vota a favor. No se explica de ninguna otra manera más que dentro de los vaivenes de la política exterior estadounidense de estos últimos años bajo Trump. Nosotros confiamos en que la nueva administración corrija este error rápidamente. Es evidente que esta proclamación por parte del presidente saliente puede ser todo menos favorable para la ONU y el Derecho Internacional.
En cuanto a Marruecos, las consecuencias de esta decisión no hacen más que agravar la tensión en el norte de África, zona de vital importancia para la Unión Europea. Una tensión que está al máximo, que ha dado lugar a una guerra y donde el Frente Polisario y el pueblo saharaui reafirman, hoy más que nunca, su compromiso con el Derecho Internacional y la voluntad de continuar con la lucha hasta lograr nuestros objetivos finales: la libertad y la independencia.