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Sultana Jaya pide la intervención de la ONU por el aumento de la represión marroquí (PRENSA)

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Este contenido fue publicado el 22 marzo 2021 - 15:0222 marzo 2021 - 15:02  FUENTE: EFECampamentos refugiados saharauis (Argelia), 22 mar (EFE).- La activista Sultana Khayya, quien se encuentra bajo arresto domiciliario sin orden judicial desde noviembre pasado, advirtió hoy de que la represión sobre los saharauis que viven en las zonas ocupadas por Marruecos en la antigua colonia española del Sahara Occidental ha superado "niveles nunca vistos hasta ahora", y pidió por ello la intervención de la ONU.
En declaraciones a Efe desde la localidad de Buojador, la activista asegura que su propia casa es una prisión, de la que no puede salir desde que en el pasado 19 de noviembre gendarmes y agentes de los servicios de Inteligencia marroquíes se apostaran en sus alrededores.
Un hostigamiento que dice se ha endurecido en los últimos días, en los que agentes marroquíes incluso han utilizado distinta maquinaria para tratar de arrebatarle la bandera saharaui que ondea desde el balcón del primer piso de su vivienda.
"Lo que está sucediendo ahora en las ciudades ocupadas jamás se ha visto en ningún rincón del mundo”, afirma Khayya, quien el pasado febrero denunció una agresión cuando salió a la puerta para recibir a unos familiares de visita.
“Mi familia y yo nos encontramos bajo un arresto domiciliario que ya dura 125 días. En todo este tiempo hemos sido expuestos al más horrendo de los tratos y a vejaciones. Empezando por asaltar nuestra casa, vetar las visitas de familiares, agredir a mi madre y a mi hermana Luaar, a la que le golpearon en la cabeza, le partieron un brazo y los dientes y la maltrataron”, denuncia.
 
"NO PODEMOS DORMIR"
Según la activista, que esta empadronada en Alicante, "desde el 13 de febrero (fecha de la presunta agresión) se han multiplicado la vigilancia y el asedio a mi casa por parte de la seguridad marroquí, que ahora opera de civil. La zona en la que está mi casa está fuertemente custodiada, incluso por paramilitares. Diariamente somos objetos de insultos, nos golpean o nos roban los teléfonos".
“Han atentado contra mi vida en varias ocasiones, empezando por la golpiza en la cabeza y el ojo. Nos han arrojado sustancias tóxicas a la cara, han intentado golpearme con alambres con puntas de ganchos en las manos y en la cabeza”.
"No podemos dormir. Nos agreden, rocían la casa y la acera con sustancias desconocidas. Ayer, nos cortaron el suministro de agua y luz. Nos cortaron el servicio a internet", insistió la activista, que dijo temer por su vida y por la varios otros vecinos y activistas saharauis.
 
LLAMAMIENTO INTERNACIONAL
Khayya reveló, asimismo, que ha enviado una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Gutierres, en la que le advierte de la "alarmante situación en las ciudades ocupadas" y denuncia que "Marruecos las ha militarizado”.
Rabat "ha desatado una frenética campaña de represión, persecución y acoso a activistas de derechos humanos y sus familias. Secuestros, detención arbitraria, allanamientos de casas. Maltratos, vigilancia, arrestos, torturas y desapariciones", asegura en la misiva.
También "restringe la libertad de movimiento de activistas y profesionales de los medios de comunicación, al tiempo que "ha deteriorado las condiciones de los presos civiles saharauis en las cárceles marroquíes. Pobreza extrema, privaciones, marginación y racismo”, agrega.
Antes estas supuestas violaciones de los derechos humanos insta “a la ONU y las organizaciones humanitarias como la Cruz Roja Internacional, a intervenir para proteger a los civiles saharauis”.
"Es necesario ampliar las competencias de la MINURSO para que abarquen el control y observancia de los derechos humanos, o al menos informe también sobre los abusos que padecen todos los ciudadanos saharauis indefensos en las ciudades ocupadas”, concluyó. EFE