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El eterno Calvario de los Presos de Gdeim Izik

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PUSL.- Pasaron 518 días después de la última condena de los presos políticos saharauis del grupo Gdeim Izik.
Pasaron 2963 días después del desmantelamiento del campo de protesta no violento de Gdeim Izik y de las posteriores detenciones y secuestros de civiles saharauis.
Los 19 detenidos del grupo Gdeim Izik todavía están sujetos a malos tratos, acoso e incluso tortura después de dos juicios (juicio militar en 2010 y de Recurso en 2016/2017).
La atención médica es negada a esos prisioneros, que sufren no sólo las consecuencias de las torturas brutales a las que se sometieron, sino también de enfermedades crónicas preexistentes o adquiridas tras la detención debido a las condiciones de detención, como asma, reumatismo, diabetes, entre otros.
Los cuatro presos detenidos en la cárcel de Tiflet-2 continúan pasando 22 horas o más en sus celdas individuales, sin tener ningún contacto significativo con otros seres humanos. La familia de Abbahah informó que, además del hecho de continuar con sólo tres mantas finas, está gravemente enfermo y no recibe atención médica. La familia de Bourial relata que sufre de extrema ansiedad y depresión debido a la falta de interacción humana.
En la cárcel de Ait Melloul, Bani, Lemjeyid, Ismaili y Lefkir recibieron varias veces comida envenenada. No se presta atención médica a estos prisioneros. Todos sufren de enfermedades crónicas y, según sus familias, su estado de salud empeora diariamente.
Abdel Jalil Laaroussi, cuyo estado de salud ha sido ampliamente divulgado a lo largo de los años por PUSL y Amnistía Internacional, sigue siendo víctima de negligencia médica. No tiene ninguna interacción significativa con otros seres humanos desde el 16 de septiembre de 2017 y su estado de salud es alarmante. La familia relata la extrema pérdida de peso. Su peso actual en relación con su altura lo coloca en el rango de bajo peso extremo de acuerdo con los números de la Organización Mundial de la Salud y es un indicador adicional de sus serios problemas de salud.
 
La falta de información actualizada y regular sobre la mayoría de los prisioneros se debe al hecho de que están limitados a llamadas telefónicas cortas con las familias que son vigiladas por los guardias que cortan las llamadas cada vez que se proporciona información más detallada.
Las visitas de la familia, además de ser cortas, no son regulares, debido a las largas distancias a recorrer y al tiempo y a los gastos necesarios para realizar el viaje.
Todos los presos de Gdeim Izik continúan encarcelados en Marruecos, a cientos y a miles de kilómetros de su tierra natal y familias.
Maitre Olfa Ouled, la representante legal francesa del grupo Gdeim Izik, sigue tomando todas las acciones legales disponibles.
Los propios prisioneros hicieron varias huelgas de hambre en protesta contra la situación, sin ningún resultado hasta ahora.
El Reino de Marruecos parece ignorar el hecho de haber ratificado la Convención contra la tortura y el protocolo opcional. El Mecanismo Nacional de Prevención contra la tortura, el CNDH (Consejo Nacional Marroquí para los Derechos Humanos) también parece inexistente cuando se trata de los detenidos saharauis.