TOKIO-(APS/SPS) La violenta agresión de un diplomático marroquí a la delegación saharaui en las preparatorias de la reunión ministerial de la Conferencia internacional de Tokio sobre el desarrollo de África (TICAD) revela el estado de desesperación de Marruecos tras su fracaso en excluir a la República saharaui (RASD) de los encuentros que vinculan la Unión africana (UA) con otras organizaciones y países.
Esta reunión se enmarca en las asociaciones que unen a la UA con diversos actores internacionales, similar a los acuerdos que la organización continental mantiene con la Liga árabe, la Unión Europea u otros países.
En los últimos años, Marruecos intentó persuadir a la UA para adoptar decisiones que reduzcan el número de países africanos participantes en las reuniones de asociaciones, con el objetivo de excluir a la RASD.
Así ocurrió en la reunión del Consejo ejecutivo de ministros de Asuntos exteriores de la UA, celebrada el pasado mes de julio, donde los medios de comunicación marroquíes hicieron eco de decisiones ficticias sobre la exclusión de la RASD de las reuniones de asociación, una falsedad que eventualmente quedó al descubierto.
A lo largo de la preparación para la reunión de Tokio, Marruecos intentó en vano convencer a sus aliados africanos y al país anfitrión de sus tesis para excluir a la RASD.
Todas estas tentativas fracasaron, resultando en una humillación para Marruecos al ver al ministro saharaui de Asuntos exteriores participar con plenos derechos en la conferencia, protegido por el país anfitrión.
Lo que se desprende de la reunión de Tokio y experiencias previas es el giro radical dado por la diplomacia marroquí, que ahora emula las tácticas de represión de la ocupación sionista en sus intentos de sofocar la lucha del pueblo saharaui por sus derechos legítimos e inalienables a la independencia y la autodeterminación.
Tras fracasar en su intento de convencer a los distintos actores, tanto dentro como fuera del continente, de sus supuestas tesis, Marruecos recurrió sistemáticamente a la violencia y al matonismo para conseguir sus fines.