Por: Arturo Alejandro Muñoz |
Sábado, 24/12/2022 Aporrea
A comienzo de la década de 1950 las noticias internacionales daban cuenta del estallido independentista que sacudía a naciones africanas que aún eran colonias de países europeos, preferentemente de aquellos que habíanse destacado por constituir verdaderos imperios apropiándose de territorios lejanos. España, Inglaterra, Italia, Francia, Bélgica, Holanda y Alemania llevaban la voz cantante en tales asuntos.
La cobarde y sanguinaria invasión y apropiación del bello continente africano por parte de los países europeos ya mencionados, constituyó uno de los momentos más negros y despreciables de la Historia de Occidente. La esclavitud, la expoliación de los recursos naturales y conversión forzada que obligó a cientos de millones de personas a vivir en calidad de sirvientes o de trabajadores sin derecho a nada más que un mendrugo diario, era considerada ‘normal y cristianamente necesaria’ en los círculos políticos y económicos de ciudades como Londres, Madrid, París, Berlín, Amsterdam y Bruselas.
Finalmente, las rebeliones de los pueblos africanos, y muy especialmente las dos guerras mundiales que sumieron a Europa en el caos y la hambruna, en el terror, la vergüenza y la desesperación, condujeron a la independencia y autonomía de muchas naciones de África.
En esta anota, deseo referirme a dos de ellas. Marruecos y Argelia… lo que permite también hacer referencia al Sahara Español, o Sahara Occidental… vamos a ello entonces.
Marruecos fue colonia española y francesa, aunque para efectos e interés de esta nota nos ocuparemos de la colonización española definitivamente. La independencia de ese país se logro el año 1956, gracias a que el dictador español Francisco Franco Bahamonde aceptó finalmente concederla en pago por los servicios que prestaron muchos marroquíes al bando monárquico en la guerra civil (1936-1939) que aniquiló a la Tercera República de España.
Al sur de Marruecos se ubica el Sahara Español, hoy República Árabe Saharaui Democrática. En una acción inentendible desde la perspectiva democrática y moderna, Madrid (Franco Bahamonde en este caso) interrumpió la descolonización del Sahara Español en 1976, lo que dio pie a que Marruecos –sin fundamento jurídico internacional alguno- decidiera invadir y apropiarse de gran parte de ese territorio aprovechado la retirada de las fuerzas españolas de ese sector.
La República Árabe Saharaui Democrática ha recurrido en muchas ocasiones e instancias a la ONU, sin resultados concretos. A través del Frente Polisario, esa república ha logrado, en parte y parcialmente, evitar que Marruecos se apropie del total del territorio.
El Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Rio de Oro es el movimiento de liberación nacional saharaui que lucha para acabar con la ocupación ilegal de Marruecos al Sahara Occidental y lograr que se culmine la autodeterminación del pueblo saharaui y la independencia de su patria.
En esa lucha cuenta con el apoyo irrestricto de una noble nación de la zona del Magreb africano, Argelia, pero con la desidia de las principales organizaciones supranacionales del planeta.
Seguramente usted, amable lector, se preguntará: "¿y en qué se basa este columnista chileno para apoyar a la República Árabe Saharaui y a Argelia, y no a Marruecos?".
Queridos lectores, me baso primeramente en que nuestra civilización siglo veintiuno debe rechazar de plano todo intento de colonización, intervención, invasión y apropiación de territorios ajenos llevadas a cabo por naciones que nunca –históricamente- han sido dueñas de aquellas tierras que ahora pretenden convertir en provincias suyas. Eso, reitero, en primer lugar. Marruecos es Marruecos, y el Sahara Occidental (o exSahara Español) nunca formó parte de su territorio, ¡¡nunca!! De hecho el último terreno norafricano que España abandonó la década del 50, y que dominó y administró entre 1884 y 1958, fue precisamente el Sahara Occidental, y lo hizo con majestuoso desfile y parafernalia diplomática. Y ¡ojo con esto!, Madrid llamaba oficial e internacionalmente a ese territorio "Provincia (española) del Sahara Occidental"… Marruecos nada tenía que ver allí. Y si España liberó finalmente a sus colonias africanas en la década de 1950, el Sahara Occidental o Español fue una de ellas…Marruecos, por lo tanto, en sus intentos por apropiarse de lo que no le corresponde, es s hoy un país usurpador, invasor y ‘colonialista’.
Y la segunda poderosa razón que me asiste como argumento para defender la causa noble de la República Árabe Saharaui es, simplemente, la conducta de muchos parlamentarios chilenos en estos últimos veinte años.
Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde la década de 1980, sin embargo, lo que no cambia es la calidad de administradores del sistema neoliberal que caracteriza a los dirigentes del partido socialista en su versión "renovada", tienda que reconvirtió su fe arrodillándose ante la nueva religión del ‘capitalismo salvaje’.
El tipo de banda que permite la aparición de ‘líderes’ y/o ‘compañeros de ruta’, como Moraga Duque, Fulvio Rossi, Marcelo Díaz, Marcelo Schilling, o Daniel Farcas. Esos que tienen por bandera la insignia que les ofrecieron los patrones del economicismo de Chicago, parados sobre la expoliación del país y la explotación de la sociedad toda. Esos mismos, u otros como esos, viajan en primera clase a Rabat invitados por el gobierno de Marruecos para entregar su apoyo oficial (en el nombre del pueblo de Chile…¡¡qué horror!!) a la colonialización del Sahara Occidental…sí, a la COLONIALIZACIÓN…y regresan a nuestro país diciendo y asegurando que son "demócratas".
¿Se percata amigo lector por qué apoyo a la República Árabe Saharaui? Me basta lo dicho para rechazar la postura política y expansionista de Marruecos, así como la bufonesca defensa de la misma llevada a cabo en Chile por el inefable colaborador de la DINA/CNI, Juan Carlos Moraga Duque.
Aunque más lamentable aún es que ONU guarde ominoso silencio (en términos prácticos y reales) ante estos inaceptables hechos. ¿O la ONU y el mundo supuestamente civilizado aceptan, cobijan y defienden el ‘colonialismo’ en pleno siglo veintiuno? Es mi gran duda.
No obstante, espero que nuestro gobierno (hoy, Gabriel Boric Font) se instruya debidamente sobre este asunto (no sólo a través de opiniones de ignorantes y ambiciosos parlamentarios menguados fácilmente por la cocina y atenciones dadivosas marroquíes) y decida, por fin, reconocer oficial y diplomáticamente a la República Árabe Saharaui Democrática.