Los demócratas bloquean la apertura del consulado en el Sáhara y la venta de drones
FUENTE: LA VANGUARDIAUn grupo de mujeres saharauis se manifestó esta semana pasada en la playa de San Sebastián
Alvaro Barrientos / AP
Beatriz Navarro
Washington. Corresponsal
13/06/2021 00:15Actualizado a 13/06/2021 12:00
Sobre el papel, nada ha cambiado respecto a las promesas que Estados Unidos hizo a Marruecos durante la recta final del mandato de Donald Trump a cambio de la normalización de sus relaciones con Israel. Pero la realidad de puertas adentro es que el apoyo de Washington a Rabat tiene muchas más fisuras de las que puede parecer.
La comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, mantiene bloqueadas desde hace varios meses dos iniciativas clave contenidas en el acuerdo por el que Marruecos vio súbitamente realizada su vieja aspiración del reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara Occidental: la apertura de un consulado estadounidense en el disputado territorio, subordinado a Rabat, y la venta de drones armados MQ-9B al reino alauí, según han confirmado a La Vanguardia fuentes del Congreso.
Biden no ha hecho nada para sortear el bloqueo, aparcando las intenciones del anterior presidente
A pesar del apoyo general del Capitolio a los acuerdos de Abraham impulsados por Trump entre Israel y diferentes países árabes, el carácter transaccional de muchos de estos pactos, acompañados a menudo de ventas de armas, causó inquietud desde el primer momento entre los legisladores. Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, ese malestar se tradujo en acciones concretas en el caso de Marruecos para tratar de mitigar sus consecuencias.
La apertura de un consulado de EE.UU. en Dakhla, en el Sáhara Occidental, equivaldría a la realización práctica de su reconocimiento a la soberanía marroquí y echar por tierra las aspiraciones de los saharauis de alcanzar una solución negociada en el marco de las Naciones Unidas. A finales de diciembre, el embajador de EE.UU., David Fisher, visitó el puerto de Dakhla, situado 1.440 kilómetros al sur de Rabat, para inaugurar una oficina diplomática virtual en la ciudad y anunciar el comienzo de los trámites para construir su versión física.
Lee también
EE.UU. enfría su apoyo a Marruecos en vísperas del encuentro Biden-Sánchez
JAUME MASDEU Y BEATRIZ NAVARRO
La comisión de Exteriores del Congreso, sin embargo, duda de la necesidad de ese consulado en un lugar de tan escasa actividad y sospecha que su solo cometido sería el de existir y confirmar la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. El bloqueo implica que, legalmente, el Departamento de Estado no puede tomar decisiones financieras ni operacionales para seguir adelante con el plan. Lo mismo ocurre con la promesa de Trump al rey Mohamed VI de venderle drones MQ-9B, una tecnología muy avanzada y letal que no creen que deba facilitarse ahora mismo a Marruecos.
El bloqueo de estas iniciativas en el Congreso no había salido a la luz hasta ahora, pero lo cierto es que llevan casi cinco meses paralizadas sin que el Departamento de Estado haya dado pasos para tratar de sortearlo o negociar un compromiso con los congresistas. Los demócratas se sienten cómodos con esta situación pero algunos reclaman que se distancie de forma más clara de esos pactos. En febrero, 27 senadores escribieron una carta al presidente Biden en la que le piden explícitamente que revoquen el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara. Entre los firmantes había no solo demócratas sino también republicanos.
El Departamento de Estado expresó esta semana su incomodidad con la percepción de que existe continuidad respecto a las políticas de la anterior administración en la región del Magreb y Oriente Medio en general. Existen “algunas diferencias importantes y muy profundas”, dijo su portavoz, Ned Price, a preguntas de este diario. En estos momentos, se están produciendo “consultas privadas entre las partes sobre cómo frenar la violencia y llegar a a una solución duradera”, señaló.
La insistencia en una solución negociada entre las partes supone, en la práctica, desmarcarse de la proclamación de Trump, un giro histórico en la posición de EE.UU. que no obstante ningún otro país del mundo siguió. La comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso ha pedido al Departamento de Estado que le informe antes de julio sobre la marcha de los contactos en el marco de las Naciones Unidas para reactivar las negociaciones. “Existe preocupación por el impacto de las políticas de Donald Trump y estamos activamente implicados con el presidente Joe Biden de cara a próximos pasos”, dicen a La Vanguardia fuentes del Congreso.