Este verano de 2020 la diplomacia marroquí ha sufrido sendos reveses, tanto en la capital de la UE como en la capital italiana -que alberga la sede del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas-, en su campaña de difamación, basada en una retahíla de infundios para desprestigiar la gestión de la ayuda humanitaria destinada a la población refugiada saharaui.
Pero para entender las intenciones solapadas de los artífices de esa diplomacia, célebre por sus lecturas selectivas de las resoluciones de la ONU y por unos logros más que cuestionados -conseguidos a base de chantaje y a golpe de talonario-, así como la dimensión de esos reveses, convendría hacer una retrospectiva y situar las cosas en contexto.
Desde que Marruecos se asegurara de que no tenía nada que ganar en caso de celebrarse un referéndum justo, democrático y transparente en el Sáhara Occidental bajo los auspicios de la ONU, dio rienda suelta a su imaginación sobre una serie de tópicos que le deberían servir como punto de referencia para su nuevo enfoque, que tiene por objetivo convencer a la comunidad internacional, de que el referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental está desfasado y, por consiguiente, eso le permitiría desentenderse de los compromisos contraídos con la parte saharaui.
Entre estos tópicos, que tienen por finalidad difamar a las autoridades saharauis, podríamos citar “la necesidad de un censo de la población refugiada saharaui por considerar que las cifras que se barajan son imprecisas” y, así, dar por sentada “la malversación de ayuda humanitaria” destinada a dicha población. En otras palabras, si Marruecos no ha podido hacer claudicar al pueblo saharaui mediante un ejército sanguinario ni mediante un proceso de paz, quiere conseguirlo sometiéndole a la hambruna.
En cuanto a la afirmación de que no hay “cifras precisas” de los refugiados saharauis, la falange mediática del Majzén omite, deliberadamente, el hecho de que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la agencia de la ONU para los refugiados, emitió un informe oficial titulado 'Refugiados saharauis en Tinduf, Argelia: población total en los campamentos', el 2 de marzo de 2018. En dicho informe, ACNUR declaraba: “Según las conclusiones del Equipo de Misión de Expertos del ACNUR, la nueva cifra de población asciende a 173.600 refugiados saharauis que residen en campamentos en Tinduf (Argelia), a 31 de diciembre de 2017”.
En cuanto a las infundadas alegaciones sobre la “malversación” de ayuda humanitaria, la prensa paragubernamental marroquí suele exhumar un controvertido informe atribuido a la Oficina de Lucha contra el Fraude de la Unión Europea (OLAF) que, según se dice, fue “revelado” por la Agencia France Press en enero de 2015.
Lo cierto es que el mencionado informe fue elaborado en 2007, pero nunca se había hecho público, porque se consideró cuestionable en ese momento en cuanto a su metodología de investigación y sus hallazgos. Sin embargo, ¡de repente una agencia de noticias obtiene el informe y lo hace público en 2015! El momento escogido para la publicación del informe y la participación de los grupos de presión marroquíes en las instituciones de la UE plantearon en su momento más preguntas sobre la credibilidad del informe, y por razones más que justificadas. El informe de la OLAF no se realizó a partir de una encuesta realizada en los campamentos de refugiados saharauis, sino que se basó principalmente en entrevistas realizadas en Marruecos, cuya veracidad nunca se comprobó. Además, la OLAF no se acercó al país de acogida, Argelia, ni a las autoridades saharauis durante la elaboración del citado informe.
En julio de 2015, en su presentación ante el Parlamento Europeo sobre la situación de la ayuda de la UE a los refugiados saharauis, basada en más de 30 informes de auditoría realizados desde 2003, el Sr. Claus Sorensen, Director General de ECHO (Departamento para la Ayuda Humanitaria de la Unión Europea), calificó el sistema de control de las ayudas europeas para los refugiados saharauis como “riguroso” y “exhaustivo”, negando así las acusaciones de apropiación indebida de esa ayuda. Además, las organizaciones de ayuda humanitaria financiadas por la UE están presentes sobre el terreno y llevan a cabo su labor de supervisión cuando la ayuda sale de los depósitos centrales y durante y después de la distribución en los Campamentos. En particular, el PMA está presente en el 20 por ciento de los 124 puntos de distribución (totalmente en consonancia con las directrices internacionales del PMA) y realiza un seguimiento posterior a la distribución de, al menos, 80-100 familias/mes. Esas familias son elegidas al azar por el PMA, sin ninguna interferencia externa.
Desde 2003 la Comisión Europea y sus socios habían intensificado sus esfuerzos para monitorear la ayuda humanitaria entregada a los refugiados saharauis. Tanto ECHO, como las diferentes ONGs y otros organismos internacionales y agencias de la ONU (ACNUR, PMA y UNICEF) confirman que tanto la llegada como la distribución de la ayuda humanitaria, a los beneficiarios, se realiza de manera transparente, con el pleno apoyo de las instituciones saharauis.
Huelga recordar que la ayuda humanitaria que se recibe es ya de por sí insuficiente. Y las infundadas alegaciones marroquíes, lo que pretenden, antes y ahora, es que se reduzca aún más la ayuda humanitaria, empeorar las condiciones de vida de los refugiados y, con ello, utilizar la ayuda con fines políticos.
Los repetidos llamamientos de las organizaciones internacionales instando a aumentar la ayuda a los refugiados saharauis son una clara indicación de que estamos al borde de una catástrofe humanitaria, si no hay una contribución adicional de los donantes, incluida la Comisión Europea.
En todo este asunto hay un dato esencial y es que Marruecos no es país donante. Y si a ello se añade su descarado acoso a una población en situación de necesidad, se demuestra una vez más la poca catadura moral de los artífices de la diplomacia marroquí. El PMA no termina de entender por qué Marruecos, sin ser un país donante, se empeña tanto en reducir la ayuda humanitaria a una población en situación de necesidad. Como tampoco entiende que drene tantos recursos en esa agresiva campaña de acoso que, en modo alguno, casa con los principios éticos y morales sobre los que se asienta la ayuda humanitaria.
Para disipar cualquier duda y dejar las cosas en su sitio, el PMA ha hecho pública una Nota, fechada el 21 de julio de 2020, en la que “reafirma el compromiso adquirido en la sesión anual de la Junta Directiva de junio de 2019 y la nota verbal del 14 de mayo de 2020, según la cual la asistencia humanitaria en los campamentos de Tinduf en Argelia se seguirá prestando a las personas vulnerables a la inseguridad alimentaria, de acuerdo con los principios humanitarios, de humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad”.
Sobre la cuestión del censo, el PMA recuerda que “cualquier censo de poblaciones de refugiados es responsabilidad del Gobierno anfitrión y de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)”. Y añade que “el PMA estima el número de personas que necesitan asistencia alimentaria, basándose en una metodología de evaluación objetiva, en colaboración con otras agencias humanitarias”.
Muy dolida habrá quedado la embajada marroquí en Roma al comprobar que, lejos de dejarse llevar por los cantos de sirena, el PMA ha incrementado la ayuda, subrayando en su Nota que “la pandemia de la COVID-19 ha requerido un incremento temporal de la respuesta humanitaria, en los campamentos de Tinduf, que fue confirmado por una encuesta rápida de impacto en los hogares, realizada en abril de 2020. Además, la decisión de abril de 2020 de aumentar temporalmente el número de beneficiarios fue, obviamente, validada por todos los socios sobre el terreno, incluidos los socios de la ONU, los donantes y el Gobierno anfitrión”.
Respecto a las nefandas acusaciones de que la ayuda humanitaria está sujeta a tributación fiscal en Argelia, el PMA afirma que “no está sujeta a ningún impuesto por parte del Gobierno argelino y está exenta del impuesto sobre el valor añadido (IVA), tanto en Argelia como en el resto de países donde operamos. El apoyo del Gobierno argelino a los campamentos de Tinduf incluye la facilitación del despacho de aduanas, las operaciones portuarias y el transporte de suministros humanitarios a los campamentos”. Sobre esta cuestión concreta del IVA, vendido por las legaciones marroquíes a eurodiputados “locales”, el embajador argelino en Bruselas, Amar Belani, negó formalmente estas falsas acusaciones, recordando que la legislación fiscal argelina exime de los derechos de aduanas e IVA a todas las asociaciones humanitarias y benéficas que operen en Argelia en relación con la Media Luna Roja Argelina.
Y, negándole toda compasión a esa campaña de acoso, el PMA, remata su Nota afirmando que se realizan “auditorías periódicamente” y que “la última auditoría de ECHO sobre la ayuda alimentaria en Argelia tuvo lugar en 2019 con resultados satisfactorios”.
M. LIMAM MOHAMED ALI
Delegado del Frente Polisario en Euskadi.