06 de enero de 2018(SPS)-. La 18ª edición del Sahara Marathon tiene un significado muy especial para todos los defensores de la causa saharaui y para los corredores internacionales que cruzarán el desierto argelino en esta singular prueba solidaria.
El pueblo saharaui lleva ya 42 años fuera de su país, exiliado en medio de la hamada argelina esperando la resolución justa de un conflicto que permanece estancado. Y 42 serán los kilómetros que los maratonianos cubrirán para mostrar su apoyo a las familias saharauis desplazadas a los campamentos de Tindouf, en una simbología que bien resume el lema de esta edición de 2018: "42 kilómetros de nuestro esfuerzo, por 42 años de vuestra resistencia". Han sido cuarenta y dos durísimos años, de ocupación, de exilio, de guerra, de resoluciones incumplidas, de escasas negociaciones, de dura vida en el desierto, pero siempre con la esperanza de ver en el horizonte la meta de la libertad para todo el pueblo saharaui. Los cuarenta y dos kilómetros del Sahara Marathon también son duros, con terreno pedregoso, con sol de justicia, a veces con viento, con bancos de arena y dunas, pero siempre con esa reconfortante meta en el horizonte y con la emoción que provoca la cercanía y cariño de la siempre hospitalaria población saharaui. Una semana de convivencia.
El Sahara Marathon 2018 se celebrará el próximo 26 de febrero, un día antes de la gran fiesta de celebración del aniversario de la República Saharaui, y volverá a discurrir entre los campamentos de El Aaiún, Auserd y Smara, situados en el sudoeste de Argelia. Hasta allí viajarán corredores de más de 20 países distintos con el fin de mostrar su solidaridad a los refugiados, tomar parte en una de las carreras más emblemáticas del mundo y poner su grano de arena en los numerosos proyectos de ayuda humanitaria que cada año emprende la organización del Sahara Marathon y los grupos de voluntarios que participan en esta iniciativa.Quienes ya han tomado parte en este programa regresan siempre con el corazón encogido por tan inolvidable vivencia, por la intensidad emotiva de una semana en la que se convive con los refugiados en sus propias jaimas, compartiendo con ellos una experiencia tan intensa que llega a permanecer en el futuro con estrechos lazos de amistad, por no decir familiares. Fuente: el diario deportivo Marca