Pablo A. de la Vega M.
Rebelión
El Sáhara Occidental está situado en el noroeste de África con una superficie de 284 mil km cuadrados. Limita al norte con Marruecos, al oeste con el Océano Atlántico, al sur y sureste con Mauritania y al noreste con Argelia. Su población, cuyo idioma es el árabe y el castellano, bordea el millón de personas.
España como potencia colonizadora, cuya responsabilidad internacional era la de conducir el territorio a la descolonización -de acuerdo a las múltiples resoluciones de las Naciones Unidas y el dictamen de la Corte Internacional de Justicia de La Haya-, lo abandonó en 1975 y lo entregó a Marruecos y Mauritania, mediante los ilegales Acuerdos Tripartitos de Madrid.
Una parte de la población saharaui se desplazó, bajo los bombardeos de la aviación marroquí, a la frontera con Argelia estableciendo los Campamentos de Refugiados Saharauis, bajo la dirección del Frente POLISARIO, donde sobreviven hasta la fecha gracias a la ayuda humanitaria internacional. La otra parte del pueblo permanece bajo la ocupación marroquí sufriendo sistemáticas violaciones a sus derechos humanos, por parte de las autoridades marroquíes y sus fuerzas represivas.
La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) fue proclamada el 27 de febrero de 1976, coincidiendo con el anuncio oficial del Reino de España de su retirada del territorio. Dos años más tarde, en 1978, Mauritania se retiró del conflicto armado; sin embargo, el Frente POLISARIO continuó su lucha armada, durante 16 años contra el Reino de Marruecos, que había extendido su ocupación sobre la parte del territorio que estaba bajo dominio mauritano.
La RASD que goza del reconocimiento de alrededor de 85 países -entre ellos la República del Ecuador desde 1983- es un Estado democrático que ejerce su plena soberanía sobre los territorios liberados. Es miembro constituyente de la Unión Africana (UA) y mantiene relaciones diplomáticas al más alto nivel con la mayoría de los países de África y América Latina, mientras que Marruecos se encuentra fuera de la UA, desde 1984, por su ocupación del territorio saharaui.
No obstante, la firma del alto el fuego, entre Marruecos y el Frente POLISARIO, en 1991, y el compromiso de las Naciones Unidas de celebrar un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui, la monarquía marroquí ha obstaculizado este proceso en contra de toda legitimidad y legalidad internacional.
Por ello, sólo una acción decidida y activa de las Naciones Unidas, su Consejo de Seguridad e, ineludiblemente, el Reino de Marruecos, se alcanzará el logro de una solución justa y definitiva para el conflicto del Sáhara Occidental, tantas veces relegada, postergada y, hasta ahora, negada para el pueblo saharaui. El derecho a la libre autodeterminación es, sin la menor duda, la garantía para vivir en paz en esa región del globo y así dar un paso decisivo hacia la deseada erradicación del último vestigio del colonialismo en África.
Pablo A. de la Vega M., Coordinador de la Asociación Ecuatoriana de Amistad con el Pueblo Saharaui