Entrevista con el Diario El Día.
La dialéctica prebélica, incluso casi de guerra sin ambages, ha vuelto al Sahara Occidental, lo que no ocurría con esta intensidad desde el alto el fuego de 1991. La visita del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a los territorios ocupados y los campamentos de refugiados saharauis en el sur de Argelia han desatado la inquina marroquí, que ha expulsado a 84 miembros de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso). EL ministro de Cooperación saharaui, Bulahe Sid Mohamed Fadel, ha visitado estos días Canarias para advertir de la situación, recalcar que están preparados para el conflicto y que, en el otro bando, hay un ejército que “no es el mismo de los años 80, no está motivado ni modernizado, sino obligado y no lucha por sus derechos y la vida como los saharauis”.
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Esta mañana se han producido los atentados de Bruselas, ¿qué piensa de este tipo de hechos?
Lo saharauis condenamos claramente estos atentados…
¿Les perjudica a su causa, el terrorismo se quita el foco de situaciones como la de ustedes?
Nos perjudica cualquier acción ilegal y en contra de la población civil. Nos merece toda condena.
Por su conocimiento de la cultura árabe, la religión y el yihadismo, ¿cómo luchar contra este tipo de terrorismo?
Como país, conocemos y tenemos un concepto de la religión moderado, más bien de convivencia entre culturas y de tolerancia, y lo que se está haciendo en Bruselas, París, en Madrid y otras capitales del mundo sucede todos los días en Damasco, en Irak…
Y Egipto, Líbano, Turquía…
Pero eso no tiene nada que ver, en absoluto, con el islam, que es ajeno por completo a esto.
¿No hay mucho cinismo en Europa y la Comunidad Internacional; no tienen también mucha culpa con lo que ocurre en Irak, Siria, el trato ahora a los refugiados que huyen precisamente de estos terroristas y la guerra…?
Son víctimas de las injusticias llevabas a cabo en esos países. Es cierto que hay que buscar soluciones a las causas, que son las guerras y las dictaduras. El problema no son los refugiados, sino lo que ocurre en esos países.
¿Qué le parece el acuerdo de la UE con Turquía para devolver a los refugiados? ¿Es el camino adecuado? ¿Que España apenas haya recibido a unos cuantos refugiados de los 13.000 previstos qué le dice, le frustra, le crea impotencia, rabia…?
La solución pasa por erradicar la injusticia y la ilegalidad en estos países, la guerra… Eso son los gérmenes que engendran toda esta operación. La solución es imponer una paz estable y los países occidentales pueden contribuir a ello. Nos sorprende esto porque llevamos 40 años en un conflicto casi similar y, sin embargo, pocas condenas oímos hacia Marruecos…
Se lleva esas décadas escuchando la situación del Sáhara, pero, con lo que ha ocurrido ahora con la visita del secretario de la ONU a los campamentos y la reacción de Marruecos, ¿se sienten más desamparados, incomprendidos y decepcionados que nunca con la Comunidad Internacional? ¿Ha ido todo a peor?
Primero, nos sentimos confiados en nosotros mismos. Tenemos todo el derecho a reclamar que se respete la voluntad de nuestro pueblo acorde con la legalidad internacional. Son las recomendaciones y resoluciones de los tribunales de justicia, de la ONU, la resolución 1514 de los años 60… Esto nos hace más confiados y tranquilos…
Ya, pero van pasando los años y todo parece estancado…
Es verdad que van pasando los años y que la Comunidad Internacional no ha estado a la altura de sus responsabilidades ni se ha condenado la invasión marroquí de estos 40 años en diversas ocasiones, pero hay países en el consejo de seguridad de la ONU y otros que, de alguna manera, están condenando la injusticia que está aplicando Marruecos. Por tanto, lo que solicitamos es que la Comunidad Internacional sea justa por una vez con ella misma y obligue a Marruecos a cumplir con sus obligaciones…
Pero es que eso se lleva escuchando desde los 70 y 80 y no se vislumbran cambios sustanciales: ¿quién les ha fallado más: Europa, España, la ONU…? ¿Los intereses de Marruecos, con Francia detrás, son tan poderosos?
Todos en general. Somos víctimas de ese genocidio y estamos pagando las consecuencias, pero, con el tiempo, la comunidad está tomando conciencia y Marruecos está hoy en día mucho más aislado que hace 20 o 30 años. La Comunidad Internacional conoce hoy más la realidad del Sahara Occidental. Es cierto que hay intereses por el medio, pero, a nuestro juicio, un país independiente como el Sahara Occidental genera más intereses para España, desde el punto de vista del pragmatismo, para las instituciones y empresas españolas, y Canarias en particular, dada la posición geográfica y las posibilidades de contribuir a reconstruir el país, así como conseguir una unidad de los países del norte de África, que son más de 90 millones de habitantes, un mercado muy importante para muchas empresas. Es cierto que determinados países, sobre todo Francia, que es el principal protector de los intereses marroquíes en el Consejo de Seguridad de la ONU, y que los distintos gobiernos de España no han hecho lo suficiente…
Lo curioso es que, hasta ahora, los principales partidos han dicho una cosa en la oposición y una muy diferente al gobernar…
Eso es conocido. Los diferentes gobiernos de Madrid no tuvieron el coraje y la valentía para corregir el error del franquismo.
¿En quién confían más para que cambie todo a corto o medio plazo? ¿Esperan resultados en meses o pocos años ante ese aislamiento de Marruecos?
Seguro. Es una cuestión de tiempo. Estamos seguros de nosotros mismos y sabemos que estamos ganando terreno a nivel internacional. La República Saharaui es reconocida por más de 80 países; tenemos muy buenas relaciones en América latina, África y Asia. En Europa, el Parlamento europeo y el de países como los nórdicos han tenido una posición avanzada…
¿Y la Unión Africana?
Somos miembro fundador y acaba de condenarlo…
Ya, pero, ¿hace lo suficiente?
En realidad, la Unión Africana no dejó de contribuir a la paz, incluso designó un representante especial para el Sahara y participamos en las diferentes cumbres. Siempre ha estado a nuestro lado.
Describa un día a día en los campos de refugiados: ¿cuántas personas hay ahora?
Son 40 años así. Entre los campamentos del sur de Argelia y de los territorios ocupados hay unas 200.000 personas.
¿Hay muchas carencias de agua, infraestructuras, saneamiento, medicamentos, comida…?
Hay que luchar para poder sobrevivir. Se dan dificultades de todo tipo.
¿Están peor que hace 15 o 20 años o al contrario?
Peor en todos los dominios. Es difícil vivir así 40 años, fuera de tu país, que te lo ha dado todo. Los campamentos están en un medio muy hostil y difícil. El agua potable escasea; hay dificultades de alimentación, la dieta alimenticia carece de proteínas…
¿Cómo está la mortalidad infantil proporcionalmente: de cada 10 niños muere 1, 2, 3…?
La hay, pero ahora no tengo los datos. Pero hay mortalidad infantil y anemia, que afecta mucho a mujeres embarazadas. Los más vulnerables son los que están pagando esto, llevamos muchos años y el temporal de lluvias de octubre lo ha empeorado todo, se ha agudizado, pues cayó un agua no conocida en los últimos 50 años en esa región. Muchas familias perdieron en 48 horas todo lo que tenían, todo lo que habían construido. Más del 30% de las escuelas, hospitales, otros equipamientos… Ha habido respuesta de la Comunidad Internacional y hemos recibido ayudas, pero no es suficiente.
¿Hay mucha ayuda encaminada al Sáhara que no llega, porque Marruecos lo impide?
No, la ayuda suele llegar con las ONG, los organismos internacionales allí presentes… Estamos contentos con lo que hace la media luna saharaui y con la transparencia con lo que llega a los campamentos, sobre todo a los más vulnerables: niños, ancianos…
Con lo de Minurso, ¿existe riesgo de volver a las armas, a otra guerra tras el alto el fuego de 1991?
Exactamente. El proceso de paz está ahora más amenazado que nunca y el principal responsable es Marruecos. La Comunidad Internacional lo sabe, no es ningún secreto tras la visita del secretario general de la ONU a los territorios ocupados y los campamentos de refugiados. Marruecos ha reaccionado de una forma estúpida, sin ningún argumento. Creo que la Comunidad Internacional debería actuar…
¿Cómo?
Lo primero, condenar las decisiones de Marruecos e imponer la organización de un referéndum justo y transparente, como está en las resoluciones de la ONU…
Pero esa es la madre del cordero y Marruecos siempre se ha negado: ¿confía en él en este año?
O hay un orden allí o un desorden. El consejo de Seguridad debe velar por la paz y no pude estar con las manos cruzadas. Se sabe que el papel de Francia como miembro permanente es proteger los intereses de Marruecos y es la que congela la acción del Consejo.
¿No tienen margen de maniobra con Francia ni en la ONU para que todo cambie en este año?
Somos optimistas y pesimistas. Las acciones y decisiones de Marruecos amenazan realmente la paz en toda la región. El alto el fuego está amenazado en estos momentos. Esperamos que el Consejo de Seguridad actúe rápidamente tras su reunión en abril…
Porque ustedes se defenderán con armas si esto se recrudece…
Estamos preparados y dispuestos a defendernos…
¿Y tienen armamento, están equipados o pueden ser aplastados por Marruecos?
Nuestras fuerzas armadas tienen declarada la alerta máxima en estos días para enfrentar cualquier situación que pueda surgir…
¿Fuerzas armadas compuestas por cuántos soldados para enfrentarse a un país como Marruecos?
Marruecos sabe cuáles son nuestras fuerzas, tuvimos 16 años de conflicto y todo el mundo sabe muy bien, los americanos y franceses, que luchamos motivados y convencidos por nuestros derechos y estamos dispuestos a dar nuestras vidas, mientras que los soldados marroquíes están allí obligados.
¿Han notado fricciones internas y otras visiones de los marroquíes ante la lucha del Sahara, de su sociedad, frente a las tesis y la obsesión del régimen, del rey…?
La sociedad marroquí es víctima de la desinformación y propaganda del trono y del Gobierno. Marruecos optó por la invasión del Sahara para alejar el Ejército del trono en 1976 después de los intentos de golpe de estado de 1970 y 1971. Desde entonces, Marruecos no tiene confianza en sí mismo.
¿Nunca han tenido ninguna posibilidad con Francia, sobre todo tras el cambio y la llegada del gobierno socialista de Hollande?
No. Hubo diferentes gobiernos, pero ninguno ha querido.
¿Ese es el gran tapón o también la actitud de EEUU?
Francia ha sido y es el gran protector de Marruecos y el que estimula la ocupación.
¿EEUU no, ahora que se ha abierto a Irán, Cuba…?
Durante los últimos años, con la administración Obama, hay signos positivos dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, como su intervención cuando Marruecos declaró el año pasado persona no grata al secretario general. Defendió su trabajo para que lo pudiera reanudar y esperamos que puedan usar sus influencias en el Consejo, aunque ya no es por la importancia de Marruecos, sino de Francia.
Si la situación se agrava, ¿confían en Mauritania, Argelia y otros países cercanos?
Sí, tenemos buenas relaciones con los argelinos, que son consecuentes con sus decisiones, pues sufrieron el colonialismo y pagaron un alto precio por liberarse y nos abrieron los brazos hace 40 años. Con Mauritania tuvimos problemas hasta 1979, pero firmamos la paz y reconocen nuestra República.
¿Tendrían apoyo militar?
Sí, pero tenemos nuestros propios medios.
Pero puede sorprender que se puedan enfrentar con garantías con un reino como Marruecos…
Pero no se trata de número de armas o soldados. Marruecos no tiene el ejército de los años 80, está desmoralizado y desmovilizado. Llevan 40 años al lado del muro en estado de alerta, no han modernizado sus medios y carecen de motivo para defenderse. Esa es nuestra fuerza interior. Ellos están allí obligados y nosotros tenemos capacidad de movernos y defendernos por una causa. Estamos preparados para la guerra.
Hay riesgo bélico real, pero ¿también de que se agrave la crisis humanitaria?
Sí, las dificultades ya son de crisis humanitaria, por la escasez de alimentos, la cantidad de niños que no tienen un lugar adecuado donde recibir clases por la afección de las lluvias, aunque hacemos un gran esfuerzo y damos clase al aire libre o en las tiendas. Pero una guerra tendrá consecuencias para la paz en la región y se agravará la situación humanitaria.
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