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Francia: informe relativiza peso de la inmigración en el mercado laboral

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La inmigración "no influye" en el mercado laboral ni en las cuentas sociales, afirma el martes el diario económico francés Les Echos en pleno debate sobre la afluencia de tunecinos a Europa que enfrentó a Italia y Francia, países que reclaman la revisión de la convención de Schengen.

"Contrariamente a lo que se cree, la inmigración no explota en Francia y no influye en las cuentas sociales (...). Reducir la inmigración legal tampoco reduciría el desempleo pues los inmigrantes aceptan los empleos poco pagos y precarios que evitan los desempleados franceses", afirma un informe efectuado por ese matutino especializado.

Cada año llegan a Francia entre 150.000 y 200.000 inmigrantes no comunitarios, dice Les Echos. "Pero cada año 100.000 personas abandonan el país entre inmigrantes que regresan a sus países o franceses que se instalan en el extranjero", puntualiza antes de precisar que "Noruega, España o Italia tienen una proporción de inmigrantes dos o tres veces superior" a la de Francia.

"Francia figura entre los países europeos con la inmigración más baja", afirma Georges Lemaître, economista especializado en inmigración en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Según dos economistas, Claude Minni y Didier Gelot, "con la crisis, los inmigrantes sirvieron de amortiguador para el conjunto del mercado laboral, permitiendo a los franceses mantenerse en una posición relativamente más favorable".

El desempleo en Francia asciende al 9,6% de la población activa con unos 2,7 millones de desocupados y cuatro millones considerando a quienes ejercieron una actividad reducida.

El debate sobre la llegada de tunecinos a Italia -25.800 desde la caída en enero del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí- la mayoría de los cuales declaró su intención de trasladarse a Francia, enfrentó a ambos países a pocos días de una cumbre este martes en Roma entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi.

Ambos dirigentes, que registran una tasa de popularidad del 30%, podrían pedir juntos a la Unión Europea (UE) que revise la Convención de Schengen según la cual una persona autorizada a entrar en uno de los países que forman parte de la misma puede trasladarse a los otros.

Italia otorgó permisos de residencia por seis meses a más de 20.000 tunecinos. Francia, que hace diez días interrumpió la circulación de trenes desde la ciudad fronteriza italiana de Ventimiglia, anunció el viernes que estudiaba la suspensión provisional de Schengen "por razones de orden público o de seguridad" como estipula su artículo 2.2.

"Hay que pedir la suspensión de Schengen", afirmaba semanas atrás Marine Le Pen, candidata a la presidencia francesa por el Frente Nacional (FN, extrema derecha), antes de recordar que esa convención fue suspendida durante el Mundial de Fútbol de Alemania.

"Cerrar nuestras fronteras no solucionará nada", afirmó en cambio el martes dirigente socialista Jean Christophe Cambadelis, quien pidió "ayudar" a los países del norte de Africa de donde procede esa inmigración