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Marruecos, el Sahara Occidental y la monarquía del fosfato

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Lean G. Freeman
 
En el año 1885 en la Conferencia de Berlín los europeos se repartieron el continente africano, así como anteriormente en el año 1648 en el tratado de Westfalia sentaron las bases de un nuevo orden internacional y nuevo estado moderno, capitalista, europeo y con fronteras precisas. En esta conferencia, España obtuvo una parte de este territorio en donde actualmente es Sahara Occidental. Aquellos originarios que fueron alguna vez nómadas libres organizados en familias tribales se vieron aprisionados por barreras artificiales y tuvieron que someterse a una autoridad colonial. El reino hispano, al igual que otras potencias coloniales, empezó a explotar todos los bienes naturales del territorio.
Llegado el año 1950 una corriente nacionalista de los países africanos impulso a que las Naciones Unidas iniciaran un proceso de descolonización. En 1956 Marruecos es independiente formalmente y en 1961 Hasan II es proclamado rey. Más tarde, en 1975, dicho monarca, apoyado por EE UU y Francia en contraposición de la debilitada España de Franco, masacró a los habitantes saharauis y autoritariamente se quedó con casi todo el territorio del Sahara Occidental, quedando la población dividida por un barrera militar y una resistencia del lado de Mauritania y Argelia llamada Frente Polisario, sucesor del Movimiento para la Liberación del Sáhara, de carácter socialista y auto determinista, que ya venía enfrentando al rey de Marruecos en el plano armado.
Desde entonces, Marruecos tomó posesión del territorio e impuso un cerco militar cerca de la frontera con Mauritania. Seguidamente construyó un muro de 2.720 km (el segundo más largo del mundo después de la Muralla China), del que poco se habla, que comienza en la frontera con Marruecos, al norte, bordea todo el país muy cerca de la frontera este con Mauritania, y termina en el Atlántico a muy pocas millas en la frontera sur de este país. Desde el alto el fuego que se pactó en 1991 esta división militar ha provocado y sigue provocando miles de muertos civiles gracias a las minas puestas por el ejército marroquí. El Pentágono calcula que hay unas siete millones de minas a lo largo del “Muro de la Vergüenza” como lo llaman los Saharauis. (2)
Parte la población Saharaui, entre 155.000 y 170.000 personas, viven exiliados en campos de refugiados en Tinduf, ciudad del suroeste de Argelia, muy cercana a la frontera, en condiciones extremas de calor, situados en pleno desierto y sin las infraestructuras mínimas las circunstancias de vida son muy duras. Antonio Gutérrez, ex alto comisionado de la ONU para los refugiados que visitó en ese momento los asentamientos, calificó la situación de “verdaderamente dramática”.
Cuando la ONU presionó a España a descolonizar Sahara Occidental, llamó a un Referéndum de Autodeterminación debiendo estar constituido el cuerpo de votantes por la población saharaui para que este pueblo decidiera sobre qué hacer con su territorio. El reino alauí ha boicoteado sistemáticamente los esfuerzos y acuerdos alcanzados para la celebración del Referéndum a lo largo de todos estos años, y ha logrado un hecho sin precedentes entre las misiones de las ONU: que la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental) no pueda supervisar el cumplimiento de los derechos humanos en los Territorios Ocupados, violados frecuentemente según informes de la propia ONU. En la actualidad, muchos saharauis permanecen presos por razones políticas en cárceles marroquíes, donde han sufrido tortura, desnutrición, violaciones, etc. El Frente Polisario progresivamente se ha encargado de liberar la totalidad de presos de guerra marroquíes en un gesto de buena voluntad hacia el diálogo y el entendimiento que no tuvo eco en los líderes monarcas en Rabat y Casablanca.
El Reino de Marruecos está situado en el extremo noroeste del continente africano, bordeado por el Mar Mediterráneo al norte y el Océano Atlántico al Oeste. Es el único país africano que actualmente no es miembro de la Unión Africana (UA) (3).
En 1984 la asamblea de la Organización para la Unidad Africana (OUA), instancia predecesora de la UA y de la cual Marruecos era miembro fundador, aceptó en su seno a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD); como respuesta, Marruecos se retiró de la organización. Pero es parte de la Liga Árabe, Unión del Magreb Árabe, la Francofonía, la Organización de la Conferencia Islámica, la Unión por el Mediterráneo, la Unión Europea de Radiodifusión, el Grupo de los 77 y el Centro Norte-Sur. Es también un aliado importante no-OTAN de los Estados Unidos (4).
Es un país que desde el 2011 pasó a ser una “Monarquía constitucional, democrática y social”, que anteriormente se catalogaba como“Monarquía Constitucional”. Estos cambios en la forma de gobierno se introdujeron gracias a la presión social, a grupos de derechos humanos y a, fundamentalmente, movimientos y partidos de izquierda que desde hace décadas venían impulsando una reforma. Ese año, tras el rechazo masivo de la población de la vieja constitución, el rey Mohamed VI se vio obligado a presentar una nueva constitución que prevé, en teoría, un recorte de sus poderes y un incremento de los del Gobierno y Parlamento, pero en la práctica esto no es tan así, ya que el monarca, por ejemplo, mantiene bajo su autoridad a las fuerzas armadas y la política exterior. Ante esto, algunos marroquíes piensan que es un “cambio de fachada”, una “lavada de cara de la constitución” que en esencia conserva el mismo autoritarismo monárquico (5).
Sus reservas de Fosfato de gran calidad y su ubicación en el atlas lo hace un punto estratégico y bien codiciado a nivel geopolítico. El capitalismo mundial mediante los países dominantes, tanto de la Unión Europea y Estados Unidos, se han encargado de estrechar lazos comerciales y políticos con Marruecos. En el año 2004 los Estados Unidos de Bush celebró un tratado de libre comercio en el cual el país norteamericano lo considera un “aliado preferencial”, pasando a ser una pieza importante del despliegue estratégico norteamericano en África, últimamente estas relaciones se han debilitado por ciertos cortocircuitos con las Naciones Unidas por la cuestión Saharaui y algunos cables filtrados de Wikileaks (6) en los cuales se expone la corrupción institucional en las esferas del Rey Mohamed VI y la fuerzas armadas.Gula mundial por el Fosfato
El Fosfato o Roca Fosfática es un mineral altamente codiciado. Este se encuentra diseminado por el mundo, pero hay yacimientos importantes que concentran gran parte de él. Se ha confeccionado una Curva de Hubbert del Fosfato y expertos pronostican que no va a haber mucho de este mineral demasiado tiempo, aseguran que el techo de producción se alcanzó en 1989 y viene en declive (7). En Marruecos, y sobre todo en Sahara Occidental, hay una gran reserva, más precisamente el 30% a nivel mundial (8). Es de gran calidad, de fácil extracción y se viene sacando desde la época de la colonia Española, esta desde sus inicios construyó una gran cinta transportadora, la más grande del mundo, que va desde las minas de fosfatos de Bou Craa hasta el muelle de Laayoune en la capital del Sáhara Occidental (9).
Este mineral se usa en gran medida para hacer fertilizantes y Marruecos lo explota sin tapujos en territorio Saharaui, con una empresa estatal llamada OCP, que es la primera productora mundial. Exporta el 99% hacia EE UU y deja cuantiosas ganancias al estado monarca corrupto. Ni hablar del mar del Sahara que amplía considerablemente la extensión de pesca Marroquí (10) y la extracción de uranio en los lugares donde se extrae fosfato (11) y también hay petróleo a raudales por esas latitudes (12).
Cabe destacar los bajos índices de desarrollo humano de Marruecos que cada cierto tiempo proporciona la ONU. Este país se encuentra en el puesto 126, muy poco por arriba de Yemen o de Afganistán para que se den una idea. Es un índice muy bajo que refleja que las ganancias de este robo no precisamente benefician a los pobladores Marroquíes (13).
Desde el reinado del Hasan II se han denunciado hechos aberrantes contra los derechos humanos en todo el territorio Marroquí y de Sahara Occidental. No obstante estos actos siguen martirizando a estos pueblos con la asunción del Mohamed VI. Las fuerzas militares y represivas del estado monarca han callado las voces de las protestas y enjuiciado a defensores de los derechos humanos e incluso a periodistas, que denuncian la represión hacia la libertad de expresión. Desde organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional o la Organización Mundial contra la Tortura han denunciado en varias ocasiones violaciones de derechos humanos cometidas contra la estos habitantes, incluyendo detenciones arbitrarias, tortura y desapariciones (14).
Finalmente, podemos concluir que la ocupación autoritaria e ilegal Marroquí en Sahara Occidental es una muestra de la rapiña inmoral de este país y el apoyo de la politiquería Europea y Norteamericana y que subyace un gran interés por los bienes naturales arrebatados a este pueblo.
En el mes de Noviembre de este año se conoció una declaración en conjunto entre Alemania, Francia, España y Portugal y el Reino de Marruecos para establecer una hoja de ruta para un futuro comercio entre los mercados de energías renovables de dichos países. El documento reza la voluntad de establecer un contrato de este operativo para la “COP23”. Concretamente, la Unión Europea contempla un aprovisionamiento de 27% de su energía de fuentes renovables y Marruecos de 52% para el año 2030. Parece que la lógica de dicho acuerdo es poder llegar a ese abastecimiento de energías “Verdes” entre los dos mercados. También el texto afirma: “La presente declaración conjunta no se puede interpretar como una fuente de obligaciones legales para los signatarios, ni estará sujeta al derecho internacional”. En resumen, los países europeos se lavan las manos, a sabiendas, y mirando para otro lado, que la mayoría de los proyectos se van a llevar a cabo en territorio invadido saharaui. También se conoció que empresas europeas son encargadas de construir estos proyectos eólicos y solares. Arabia Saudita fue un factor muy importante en la financiación de estos parques y se sabe que Marruecos presta ayuda militar a este país para la invasión y la matanza Yemení.
Recordemos que el fosfato se usa principalmente para el monocultivo de granos como la soja, trigo, el maíz y otros alimentos y que no es alocado esperar la mirada atenta y controladora de países capitalistas europeos, de Estados Unidos y China y que tienen un gran interés en que esta región este controlada por un aliado estratégico sometido y no por un pueblo democrático el cual tendría en sus manos un bien estratégico a nivel mundial.
Recientemente, el rey Mohamed VI va por más y manifestó sus intenciones de ingresar a la Unión Africana, de la cual su país no es parte, con la intención explícita de expulsar a la República Árabe Saharaui Democrática. Concretamente manifestó en una carta al presidente en funciones de la Unión Africana: “cuando un cuerpo está enfermo es mejor curarlo en el interior que en el exterior del organismo” (15).
Es claro que el derecho internacional está siendo sistemáticamente violado por un país colonial que hace de las suyas arrebatando a un pueblo su derecho de ejercer su soberanía y de decidir sobre qué hacer con su territorio. Mediante el exilio, la violencia, y un muro territorial, cultural y político se está cometiendo un genocidio. Al igual que Palestina o que otros tantos pueblos que luchan por su autodeterminación estos se agrandan con el tiempo y resisten al son de un grito de libertad.Lean G. Freeman escribe sobre la problemática de África para GENSUR – Observatorio Geopolítico de la Energía y Soberanía, además es secretario de prensa de CTAA seccional San Juan.