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Carta abierta al Gobierno España sobre el Sahara Occidental

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PEPE TABOADA VALDÉS
Presidente de honor de CEAS.
03/09/2022
El representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrel, afirmó en declaraciones a TVE, que la posición que tiene el Gobierno de Pedro Sánchez, respecto al Sahara Occidental era y es la de la UE, defender la realización de una "consulta" para que sea el pueblo saharaui quien decida cómo quiere que sea su futuro.
Saludamos estas declaraciones y le agradecemos esta propuesta acorde con el derecho internacional, entendiendo que "consulta" es lo mismo que referéndum de autodeterminación, ¿por qué no se dice claramente?   A quien se tiene que consultar, además de al Polisario, único y legitimo representante de su pueblo; se preparan corriendo otros "saharauis" que se presenten también como representantes del pueblo saharaui. Mientras tanto los "lobistas" Moratinos, Bono y Zapatero... quieren promover una plataforma de apoyo a lo que ellos llaman "tercera vía", que no es más que un acto de propaganda del plan de autonomía marroquí.
No adelantemos acontecimientos y por ahora pidamos hechos concretos para que las palabras se conviertan en acciones reales y prácticas, y participe activamente para acelerar el proceso de descolonización en el Sahara Occidental, teniendo como base principal la voluntad del pueblo y no la imposición como es el plan de autonomía.
Por otro lado, Mohamed VI, en su último discurso volvió a reiterar su agradecimiento al Gobierno español, por su nueva actitud "responsable "para afrontar la solución del conflicto y le recuerda el compromiso que contrajeron en esta nueva etapa de relaciones, al considerar el plan de autonomía del Sahara como la solución.
Discurso en tono amenazante basado en el clásico principio de los "sin razón" exento de seriedad, de realismo y de equilibrio, que hasta el momento sólo le sirvió para profundizar aún más su aislamiento por las complicadas y tensas relaciones que tiene con todos sus vecinos, Sahara Occidental, Mauritania, Argelia, Francia, España y recientemente Túnez, por la intromisión en sus asuntos internos, principio prohibido en las relaciones internacionales.
La reciente e histórica posición de Túnez en la legítima defensa de su soberanía rechazando cualquier agresión desde el exterior, le puede bien servir de lección a todos aquellos que se permiten semejantes chantajes de otro país.
El Gobierno español, máximo responsable de la tensión que se vive en la zona, debe tomar nota de las respuestas soberanas y de reciprocidad que exigen todos los vecinos en sus relaciones con el Reino de Marruecos.
España debe y tiene que enmendar y rectificar la histórica mancha en su contemporánea historia con y para su ex-colonia, el Sahara Occidental, con hechos y no huecas declaraciones que sólo le sirven para caer en la misma intransigencia de Marruecos en lo relacionando a la descolonización y desocupación del territorio NO Autónomo del Sahara Occidental.
Los hechos que la política exterior del estado español debe materializar para rectificar la mala e inacabada descolonización de su ex-colonia se pueden enumerar como sigue:
Renunciar públicamente a los llamados "Acuerdos de Madrid" que aún siguen vigentes entre España y el Reino de Marruecos y son la raíz de la cuál sigue alimentándose toda esa desestabilización que se vive en la región.
Cumplir con la Resolución 1514 de la Carta Magna de las NNUU según la cual debe descolonizar su ex-colonia con el prometido y todavía no realizado referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui.
Proponer una solución definitiva en el seno de la Asamblea General y el Consejo de seguridad de las NNUU que garantice el legítimo derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, como así lo exige la legalidad internacional y como así mismo el vecino Portugal impuso para descolonizar su ex-colonia de Timor del Este.
Este es el único camino para solucionar este largo conflicto de manera justa y definitiva y que cada vez se va profundizando y ampliándose a toda la zona geográfica del Mediterráneo a lo largo de sus dos orillas.