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Sahara Occidental, negociar el qué y para qué

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Fuente y Foto CEAS SAHARA
El actual enviado personal del Secretario general de la ONU para el Sahara, Ex Presidente  de Alemania, Horst Kohler. , tiene el mandato del Consejo de Seguridad y  Antonio Gutierres como máxima autoridad de NU, de impulsar un nuevo proceso de negociación entre Marruecos y el Frente Polisario, para buscar una solución definitiva al conflicto del Sahara Occidental, realizando la enésima gira por la región, intentando desbloquear el proceso de descolonización inconcluso que se mantiene desde hace mas de 40 años.
 
El problema principal ha sido la falta de voluntad clara y contundente, del Consejo de Seguridad a la hora de aplicar sus Resoluciones, no la escasez de soluciones innovadoras. Durante siete años, el conflicto puso a prueba la imaginación y la paciencia de James Baker, enviado personal del Secretario general de la ONU al Sáhara Occidental entre 1997 y 2004. Baker perdió la confianza de Marruecos en enero de 2003, cuando propuso una solución basada en un referéndum que habría de votar entre la integración, la autonomía y la independencia. El siguiente enviado personal, el diplomático holandés Peter Van Walsum, solo duró tres años. Perdió la confianza del Polisario al sugerir que la opción de la independencia, aunque era aceptable según el derecho internacional, debería descartarse ya que el Consejo de Seguridad no iba a obligar a Marruecos a aceptarla o consentirla. Luego, el enviado de la ONU al Sáhara Occidental, el ex diplomático norteamericano Chris Ross, designado por Ban Ki-moon en enero de 2009, está intentó evitar sufrir un destino similar a sus predecesores explorando un inexistente intersticio entre Marruecos y el Polisario, no tuvo éxito y dimitió también, tras haber realizado varias reuniones para discutir las nuevas propuestas realizadas por las partes en 2007.
 
El actual mandato del Consejo de Seguridad es encontrar una solución políticamente aceptable por ambas partes, sin condiciones previas, que permita la autodeterminación del Pueblo saharaui. Este mandato ha hecho que muchos observadores no salgan de su perplejidad… ¿Cómo pueden las partes llegar  a un acuerdo  para aplicar la doctrina de la autodeterminación?… Marruecos rechaza la opción de la independencia y quiere que su propuesta de autonomía se acepte como base de las negociaciones, descartando por tanto la independencia. El Polisario ha expresado su firme compromiso de cooperar con el nuevo emisario de la ONU, en cuanto cuestión de descolonización que se rige por el principio de autodeterminación. en el último territorio africano reconocido como “No Autónomo” por las NU.
 
Estas posiciones mutuamente excluyentes están reforzadas en el nivel regional y el internacional. Aunque Francia, el mejor aliado de Marruecos, y otros países que le apoyan, como España y en parte EEUU, no reconocen formalmente la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, creen que una retirada forzada de Marruecos del territorio desestabilizaría a este país “amigo”. Sin embargo, Marruecos se ha cerrado a si misma las puertas a cualquier solución de compromiso, rechazando otra solución distinta de la anexión.
 
Existe un clima creciente de inestabilidad en la región, que debe animar al Gobierno español a implicarse más para encontrar, cuanto antes, una vía de resolución pacífica para el conflicto. La cuestión sufre un largo bloqueo con graves consecuencias en las difíciles relaciones entre los mismos países de la región, singularmente entre Argelia  y Marruecos, teniendo como telón de fondo el contencioso del Sahara Occidental, que afecta directamente a la política exterior del Estado español en referencia con el Magreb.
 
 El conflicto del Sahara Occidental, puede sufrir en cualquier momento una nueva reactivación bélica. Conviene no olvidar que ya en 1991 se firmó un “alto el fuego” entre el Frente Polisario y el Gobierno marroquí, con la mediación de la ONU y la Unión Africana (UA), tras una guerra de 16 años. La intención era aplicar un Plan de paz y hacer un referéndum de autodeterminación en el plazo de un año, lo que fue aprobado por unanimidad en el Consejo de Seguridad.
 
Esto no ha sido posible después de 26 años, y constituye una negación del principio de la autodeterminación -que asegura la expresión libre y auténtica de la voluntad del Pueblo Saharaui- y supone una violación de la legalidad internacional, además de una ruptura unilateral del compromiso libremente asumido por Marruecos de celebrar un referéndum de autodeterminación.
 
Desde sus inicios, la lucha del Pueblo Saharaui  fue, es y será, no solamente una lucha justa, sino también una lucha legítima. Así es hoy y así seguirá siendo porque se basa en los principios básicos de autodefensa y en el derecho que asiste a cada pueblo de defenderse con todos los medios a su alcance, frente al que ocupa su tierra ilegalmente, frente a quienes violan sistemáticamente los derechos humanos de personas civiles, se benefician de los recursos naturales del Sahara,  en contra de todas las Resoluciones de las Naciones Unidas y de la Unión Africana, y de la última sentencia del Tribunal de Justicia Europeo.
 
En estos últimos tiempos en que desgraciadamente los radicalismos y el terrorismo internacional son noticias diarias por todos los rincones del mundo, siempre hemos confiado en las NNUU y en el dialogo y en la búsqueda de una solución justa y definitiva, que garantice que se cumple con la aplicación del Plan de paz y la organización de un referéndum de autodeterminación.
 
40 años son suficientes de injusticia, dolor y exilio, es urgente buscar la forma de celebrar un referéndum para que el pueblo saharaui pueda democráticamente elegir su futuro, y así  puedan volver a su territorio, el Sahara Occidental.
 
José Taboada Valdés, Presidente de la Coordinadora Estatal de Asociaciones solidarias con el Sahara