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"Vemos cerca la guerra del Sáhara con Marruecos"

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En el desierto vital solo cabe el océano de la esperanza. Es como lo describe Jira Bulahi Bad, ingeniera y política (El Aaiún, 1965), primera mujer que representa al Frente Polisario en España. Dice que el pueblo saharaui está "mejor que nunca". Más próximo a ser libre. Pero ve "cerca", al tiempo, la guerra con Marruecos. Un aviso para navegantes. Una suerte de patria o muerte.
Pasados 40 años de la Marcha Verde y la invasión marroquí del Sáhara Occidental, sin solución al conflicto, los jóvenes quieren gritar un sonoro "basta ya", dice. Azuzar su propia primavera, como relata la delegada de la República Árabe Saharaui Democrática. Nunca vivieron en libertad en su propia tierra. Jira Bulahi sí. Nacida en un El Aaiún todavía colonia española, con 9 años tuvo que huir a los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) junto a su familia.
 
Ahora alerta del riesgo de conflicto armado y conversa en una entrevista para eldiario.es/andalucia sobre la realidad "no tergiversada" de un pueblo que defiende "sus casas, su vida". Y trata por primera vez temas controvertidos como el secuestro de mujeres saharauis a manos de sus familias biológicas.
En tiempos de mundialización del odio y derechos humanos a precio de saldo, ¿cómo está el pueblo saharaui?
Para los saharauis no es nueva esta panorámica. Desde el primer momento hemos padecido esa sinrazón e injusticia. No obstante, siempre ha habido gente que ha defendido las ansias de los saharauis de sentirse libres e independientes. No hace mucho perdieron a uno de sus líderes pero están mejor que nunca porque se reafirman una vez más.
¿Ha crecido la presión de Marruecos?
Cada vez que hay un avance sustancial en las instancias internacionales para acelerar el proceso, Marruecos sale de sus casillas y viola el plan de paz. Como el cese del fuego matando a un saharaui a bocajarro, en la batalla de Al Gar-Garat… La tensión viene por parte del régimen, del sistema ocupante. Se nos acerca a la lucha, la cuestión bélica. Que conste que no porque los saharauis lo busquen. Eso sí, se van a defender.

 
¿Están preparados para afrontar una guerra?

Ésa es la pregunta del millón. ¿Lo estaba en el 75? Nadie daba una limosna por los saharauis contra un ejército de los más preparados del norte de África. El rey Hassan II dijo que en cuestión de una semana ocuparía el Sáhara y tomaría un té en El Aaiún. Son ya 41 años y no ha tomado ningún té en El Aaiún, se lo aseguro.
La diferencia logística, en la Marcha Verde como ahora, es enorme. ¿Será una suerte de patria o muerte?
Para la guerra nadie está preparado, y menos el que no la busca y ansía la paz. Pero se le impone. Los saharauis son machacados por los marroquíes en todas las esferas. Les estorba su existencia. Y la justicia y la convicción están en el Sáhara. No son mercenarios que mandas a matar por un propósito, es gente defendiendo sus casas. Su vida.
¿Y cómo viven este clima quienes nunca conocieron un Sáhara libre?
Es la cuestión de futuro, el relevo generacional. Los más indignados en este momento son los jóvenes. Una generación joven y cualificada, egresados por diferentes universidades, con idiomas… ya no va con ellos el venderle gato por liebre. Hacen una lectura de cada resolución y sacan sus propias conclusiones. Son los primeros que están diciendo 'basta ya'.
¿Y el Polisario?
La dirección del Polisario intenta siempre mantenerles en el juicio, que nunca se arrepientan de buscar una solución pacífica.
¿Espera la República Saharaui algo de Marruecos?
De quien invade y aterroriza no esperamos que entre en razón. Y lo que no toleramos ni aceptamos es equiparar los dos posicionamientos, hacer el mismo discurso al verdugo y a la víctima. La opinión internacional ya dictó y examinó desde el 75, como dijo claramente el dictamen de La Haya, que no hay vínculos étnicos, políticos, jurídicos ni históricos que vinculen al territorio saharaui con Marruecos.

"Si Francia quiere que la zona sea francófona, a España le sobran razones para reclamar un futuro Estado saharaui bilingüe desde donde pueda trabajar vínculos con la vieja África", dice Jira Bulahi Bad.

¿Qué haría estallar la guerra?
Insisto. Por muy indignada que esté la juventud saharaui es también una juventud comprometida, nacionalista, coherente, educada en los valores de coexistencia, tolerancia y sentido común, y por lo tanto no es la que propicia, impone o va a estallar la guerra. Tampoco es difícil la solución del conflicto del Sáhara aunque es uno de los más claros y nítidos, y todo el consenso a nivel regional y de Naciones Unidas, del Consejo de Seguridad y la Asamblea General, está más que explícito. Lo hacen complejo quienes quieren pedir peras al olmo, que entre en razón un trono absolutista, intolerante e intransigente.
¿Quién complica la resolución del conflicto?
Aún hay países como España y Francia que quieren contar con el beneplácito de Marruecos. No, eso no es así, eso que engañen a otros. Sobran los elementos para demostrar los argumentos de los saharauis, y qué es lo que han cedido y aguantado. Y seguimos resistiendo. Que nadie sueñe con que nos rendiremos o cederemos el Sáhara en bandeja. O que nos pueden engañar y convencer de que lo idóneo es la autonomía. ¿La autonomía con quien nos aniquila y pisotea todos los días los derechos humanos? ¿Con quien intentó borrarnos de la faz de la tierra?
¿Qué esperan de España?
Mucho. Espero que salde esa deuda histórica y moral con los saharauis. Que colabore y lleve a la práctica lo que defiende el derecho internacional. Que anule los acuerdos en que nos vendieron como rebaños. Que conozca la realidad consolidada de los saharauis, no la tergiversada. Hablo de España oficial, claro, la sociedad civil es la que realmente ha construido el puente indestructible.
España debe evitar una guerra que puede salpicar más allá del Sáhara. Puede afectar a su estabilidad, la del Mediterráneo… España debe buscar el factor de paz y estabilidad en la región y defender un conflicto que depende de su política exterior. E influye en la propia proyección española. Si Francia quiere que la zona sea francófona, a España le sobran razones para reclamar un futuro Estado saharaui bilingüe desde donde pueda trabajar vínculos con la vieja África.

 
 

Que sea la primera mujer delegada saharaui en suelo español, ¿es un mensaje de apertura?
Es un orgullo representar mi causa, mi pueblo, mi generación y a la mujer saharaui en particular. Puede no gustar a muchos, y meterlo en zapatos que no le caben, pero este es el Estado que los saharauis han decidido. La mujer saharaui ha evidenciado que constituye un elemento singular dentro del mundo al que pertenece y la participación cada vez más masiva hace más visible su papel.
Un papel sometido a controversia por los casos de secuestro de mujeres a manos de sus familias biológicas.
Los que han visitado la realidad saharaui saben que la mujer es protagonista de muchos quehaceres. Y no quiere decir que esté todo ganado, somos una sociedad como todas. La intersección y el debate nunca fueron malas influencias pero me gustaría que la gente, antes de opinar, conociese la realidad.
¿Niegan esos casos?
Nuestra lucha es de existencia. Nuestro día a día, sobrevivir a las atrocidades. El artículo 24 de nuestra constitución defiende la libertad individual de cada miembro de la sociedad saharaui. Lo que no puede ser es atacar con eso e intentar desarraigarnos. Es una contradicción. No pongo en entredicho que con la mejor intención pero la noción de libertad la tenemos bien desarrollada. Hay que respetar la entidad de los saharauis y su concepto social. Me hubiese gustado que se tratase el problema del mundo saharaui, en general, como se trataron temáticas como ésta. Es uno de los temas, muchísimos, que debemos seguir trabajando. Algo puntual entre dos familias, de entendimiento…
Que no está resuelto.
Pero es que nos importan las dos familias. Y es la primera vez que acepto hablar de esto en medios porque para nosotros no es la solución y sí el diálogo, conocernos. Somos cercanos a esta realidad pero todo ente tiene derecho a elegir el método, la forma, el ritmo a través del cual evoluciona. Y es el que decide. Yo no decido por otros en su casa pero sí puedo opinar, contribuir, aportar, intercambiar. Y es lo que se está haciendo. Analizar una civilización desde modelos importados perjudica. Lo demás son elementos usados para añadir más leña al fuego y salir de las casillas reales. ¿Qué somos una sociedad en la que hay de todo?, pues sí.

 
 

¿Y qué opina el Polisario sobre la imputación de la Audiencia Nacional al presidente saharaui por genocidio?
¿Quién promueve esto?
Dígamelo usted.
Marruecos. ¿Quién lo hace? Marruecos. ¿Qué ha dicho Marruecos de todos los saharauis? No es Brahim Ghali, ni es Mohamed Abdelaziz, al que enterramos. Ghali tiene el mérito de ser el presidente de los saharauis y es un objeto de ataque. La euforia (del caso) fue en el contexto de una conferencia internacional de solidaridad con los saharauis. Los marroquíes querían acaparar el impacto mediático y no dejar visualizar esto. Era el propósito, y ya. Y se frenó. No ha ido a más. Lo mismo alrededor de todo lo que hacen los saharauis. Y desgraciadamente tienen padrinos.
Recuperando una cuestión crucial, ¿ven tan cerca la guerra?
La vemos cerca. Con la misma dimensión estamos apegados a una solución pacífica, y la buscaremos hasta el último momento, que a la defensa de nuestros derechos. Todas las veces que nos pisotean. Violan el cese del fuego, traspasan la frontera, siembran cada día minas junto a los muros… violaciones denunciadas a la comunidad internacional que toma nota y si no actúa nos está llevando a los límites.
¿Será libre el pueblo saharaui?
Sin lugar a dudas. Las verdades no son absolutas, pero en este caso podría decirle: tan claro como su propia existencia. Nos independizaremos. ¿Cuándo? No podemos determinarlo. ¿Cómo? Tampoco. La fuerza de los saharauis emana de su convicción sobre el proceso de liberación del Sáhara. Del retorno a su espacio terráqueo.