BIR LAHLU (República Saharaui) -. El Ministro de Asuntos Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Sidati, pidió a Francia que reconsidere su política hacia el Sáhara Occidental para el logro del equilibrio y la justicia en lugar de seguir apoyando la ocupación marroquí a un territorio pendiente de descolonización.
En declaraciones a la Agencia de Prensa Saharaui, el titular de exteriores en respuesta a las declaraciones realizada por el embajador de Francia en Marruecos el día pasado 21 de marzo , dijo que la posición de Francia, expresada por su embajador en Marruecos, tras muchos años de silencio y que admitió el papel activo de su país en la invasión colonial contra el pueblo saharaui, es una verdad histórica esperada ya que Francia reconoció sus acciones y errores y su participación activa y directa en el conflicto.
En este sentido, subrayó que "si no fuera por la complicidad activa de Francia, el conflicto del Sáhara Occidental no habría durado tanto tiempo y habría sido posible resolverlo hace mucho tiempo".
Al recordar la invasión y ocupación ilegal del Sáhara Occidental, el jefe de la diplomacia saharaui subrayó que Francia incitó la guerra de invasión al territorio al proporcionar medios mediáticos y políticos y militares para tales fines en flagrante violación del derecho internacional.
Sobre la desastrosa guerra provocada por Francia y llevada a cabo mana a mano con Marruecos contra el pueblo saharaui, ULD Sidati dijo " que creó inseguridad e inestabilidad durante décadas, y eliminó las posibilidades de lograr una paz, una cooperación y una reconciliación justas y duraderas en toda la región del Magreb".
Hay recordar que Francia misma ofreció asesoramiento e intervino con Marruecos en la guerra contra el pueblo saharaui. Fue el mecenas de Marruecos desde su asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente y continúa apoyándolo en su ocupación y obstaculizando los esfuerzos de la comunidad internacional para una solución al contencioso. Fue Francia quien adoptó una posición hostil vetando todas las resoluciones que no bonificaban a Marruecos y en contra del referéndum y la autodeterminación del pueblo saharaui