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Mohamed Abdelaziz entrega al enviado de Bush el último contingente de prisioneros de guerra marroquíes capturados por el Polisario

Chahid El Hafed, 18/08/2005 (SPS) El Presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz, entregó este jueves al enviado del Presidente Georges Bush, el senador norteamericano Richard G. Lugar, el último contingente de prisioneros de guerra marroquíes liberados unilateralmente por el Frente Polisario, a petición de los Estados Unidos de Norteamérica, ha comprobado SPS. "Le ruego, señor Senador, que acepte hacer de intérprete nuestro ante el Presidente Georges W. Bush y del gran pueblo estadounidense, y transmitirle las muestras de consideración que le expresamos, así como la expresión de nuestra gratitud y nuestra estima por el posicionamiento tomado respecto al acontecimiento que nos reúne hoy", ha declarado el Presidente de la República Saharaui durante la ceremonia oficial de liberación de estos prisioneros de guerra. "El acontecimiento que nos reúne hoy aquí constituye el final de un proceso al que mi país ha consentido en aplicación de los llamamientos hechos por numerosos asociados y amigos, pero también por el hecho de fuertes convicciones humanitarias, por lo que no podemos sino felicitarnos del apoyo que no ha dejado de prodigarnos la comunidad internacional con el fin de aligerar los sufrimientos diarios que padece desde hace largos decenios el pueblo saharaui", ha señalado Mohamed Abdelaziz. El Jefe del Estado ha estimado que "la buena voluntad manifestada sin cesar por el Gobierno saharaui debería tener alguna contrapartida", estimando que en efecto, varios esfuerzos suplementarios se revelan como necesarios con el fin de llevar a Marruecos a "aceptar la legalidad internacional y permitir, haciendo esto, al pueblo del Sáhara Occidental que ejerza sus derechos legítimos e inalienables a la autodeterminación". Mohamed Abdelaziz señalado que la liberación de todos los prisioneros de guerra marroquíes "no significa en modo alguno que los aspectos humanitarios de este conflicto estén definitivamente saldados", recordando que Marruecos "sigue manteniendo en sus cárceles a numerosos resistentes saharauis sometidos a condiciones inhumanas y degradantes", de igual forma que "el asunto de las personas saharauis desaparecidas constituye igualmente un tema preocupante". Añadió que "las afrentas a las que se dedican actualmente las autoridades de ocupación con el vano objetivo de amordazar las reivindicaciones emancipadoras del pueblo saharaui claman también a la conciencia de la comunidad de naciones, de igual forma que a su capacidad de imponer el respeto de sus decisiones a los Estados recalcitrantes". Para el Presidente de la República Saharaui, el enfoque humanitario "no podría ser selectivo o tributario de contingentes que tengan poco o mucho que ver con las normas internacionales reconocidas", estimando que el pueblo saharaui, como "víctima", tiene derecho también a la solicitud y atención del mundo para que "se ponga término definitivamente a las graves violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por la potencia ocupante". "La causa del pueblo del Sáhara Occidental es una justa causa que merece ser unánimemente apoyada, tanto debido a los acontecimientos felices vividos por las demás naciones oprimidas, a lo que se une el pueblo saharaui, en la estela del inexorable camino hacia la libertad de los pueblos coloniales, y a los numerosos pueblos más que han roto para siempre las cadenas envilecedoras de la servidumbre", recalcó. Este es el texto completo de esta alocución, traducida del árabe por la SPS : "Señor Senador, Excelencias, Señoras y Señores, La presencia en este lugar de una personalidad política tan prestigiosa y respetada como el Senador Richard Lugar es un inmenso honor que se hace al pueblo y al Gobierno saharaui. En esta circunstancia, me es agradable desearle una calurosa bienvenida y decirle qué reconocidos le estamos de que se encuentre entre nosotros hoy. La participación en la presente ceremonia de un hombre de Estado de recorrido tan rico y cuyas actuaciones en los momentos cruciales de la paz y de la seguridad son bien conocidos por todos realza la operación de liberar a los últimos prisioneros de guerra marroquíes. En efecto, estamos reunidos para culminar el proceso de liberación de los prisioneros de guerra marroquíes, emprendido voluntariamente y con toda soberanía por la República Árabe Saharaui Democrática hace ya varios años. La asociación a través de vuestra persona de los Estados Unidos de Norteamérica a esta empresa humanitaria da testimonio una vez más de nuestra buena voluntad y es significativa. "Le ruego, señor Senador, que acepte hacer de intérprete nuestro ante el Presidente Georges W. Bush y del gran pueblo estadounidense, y transmitirle las muestras de consideración que le expresamos, así como la expresión de nuestra gratitud y nuestra estima por el posicionamiento tomado respecto al acontecimiento que nos reúne hoy". Señor Senador, usted representa a un país que decidió que tenía el derecho y el deber de autodeterminarse y que hizo de los principios de la libertad, la igualdad y el rechazo de la opresión las ideas fundamentales de la Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776. El derecho del pueblo norteamericano a disponer de sí mismo ha podido ser ejercido gracia a la visión, a las convicciones y a la determinación de hombres y mujeres que se comprometieron por el triunfo de los principios que hoy son la base de las Naciones Unidas. Señor Senador, Excelencias, Señoras y Señores, Los Estados Unidos de Norteamérica han mantenido incluso una lucha precursora de las independencias nacionales. Pueden enorgullecerse de ser el primer país descolonizado y de disfrutar de la Constitución más antigua del mundo, documento de referencia que consagra el Estado de Derecho, la democracia, los Derechos Humanos y las libertades fundamentales. He querido detenerme sobre estas páginas gloriosas de la historia norteamericana, ante todo para poner de manifiesto toda la simbología de la presencia entre nosotros de representantes de una Nación tan grande, a continuación para señalar la similitud de las luchas mantenidas por la autodeterminación y la independencia por los pueblos norteamericano y saharaui, y por fin, par recordar que si los Estados Unidos de Norteamérica han sido el primer país en haber arrancado su independencia, el Sáhara Occidental sigue siendo el último avatar colonial en el continente africano. Mi pueblo ve cómo la potencia ocupante le niega su derecho inalienable a la autodeterminación y a la independencia desde hace decenios. Lejos de romperlo, las pruebas que afronta con un valor que obliga a que se le respete han reforzado su determinación y su convicción de que la vocación natural de los pueblos, de todos los pueblos ya sean pequeños o grandes, es la de vivir libre y en la dignidad, y que jamás se resignará a la ocupación de su territorio. La justicia de nuestra lucha por la autodeterminación ha sido apoyada por las Naciones Unidas, que han definido claramente las referencias de una solución justa y definitiva del conflicto del Sáhara Occidental. La legalidad internacional, en la elaboración de la cual vuestro país, los Estados Unidos de Norteamérica, han contribuido grandemente por el hecho de su cualidad de Estado que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, desde muy antiguo ha consagrado los derechos imprescriptibles del pueblo del Sáhara Occidental y situado las responsabilidades respectivas. Es el momento éste de rendir homenaje al señor James Baker III, antiguo Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas en el Sáhara Occidental por su compromiso y por los esfuerzos que ha desplegado para permitir que el pueblo saharaui ejerza libremente su derecho a la autodeterminación. Señor Senador, Excelencias, Señoras y Señores, El acontecimiento que nos reúne hoy aquí constituye el final de un proceso al que mi país ha consentido en aplicación de los llamamientos hechos por numerosos asociados y amigos, pero también por el hecho de fuertes convicciones humanitarias, por lo que no podemos sino felicitarnos del apoyo que no ha dejado de prodigarnos la comunidad internacional con el fin de aligerar los sufrimientos diarios que padece desde hace largos decenios el pueblo saharaui. Sólo cabe esperar que las disposiciones y buena voluntad manifestadas sin cesar por el Gobierno saharaui debería tener alguna contrapartida. En efecto, algunos esfuerzos suplementarios se revelan necesarios con el fin de llevar a Marruecos a aceptar la legalidad internacional y, haciendo esto, permitir que el pueblo del Sáhara Occidental ejerza su derecho legítimo e inalienable a la autodeterminación. A este respecto, los recientes nombramientos del embajador Peter Van Walsum, en calidad de Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas, y del señor Francesco Bastagli, en cualidad de Representante Especial en el Sáhara Occidental, son avances que la República Árabe Saharaui Democrática ha acogido con satisfacción. Dicha República expresa el deseo de que las personalidades así distinguidas por el señor Kofi Annan trabajarán por la rápida puesta en práctica del ‘Plan de Paz para la Autodeterminación del Pueblo del Sáhara Occidental’. Señor Senador, Excelencias, Señoras y Señores, Lo que nos reúne a todos aquí hoy es nuestro apego a los nobles y perennes valores humanistas ; es pues para mí el momento de rendir un merecido homenaje al conjunto de amigos y asociados de la República Árabe Saharaui Democrática. Ya se trate de los fervientes militantes de nuestra causa, de los incansables trabajadores y actores internacionales de lo humanitario, de las mujeres y hombres políticos convencidos y de otros simpatizantes, sean agradecidos todos y acepten las sinceras demostraciones de gratitud del pueblo y del Gobierno saharaui por su precioso apoyo, jamás desmentido. Por otra parte, en esta solemne ocasión quiero rendir homenaje a Argelia, país hermano y vecino, y al presidente de la República Argelina, señor Abdelaziz Buteflika, que en todo momento han mantenido los derechos a la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental. Es un honor para ese país el haberse colocado espontáneamente del lado de nuestro pueblo para satisfacer ese derecho y haberle prodigado ayuda y asistencia. Con la entrega hoy de los últimos prisioneros de guerra marroquíes, la República Árabe Saharaui Democrática pasa la página de una de las consecuencias del conflicto del Sáhara Occidental. Pero es importante retener que la liberación de estos prisioneros no significa en modo alguno que los aspectos humanitarios de este conflicto estén definitivamente saldados". En efecto, el Reino de Marruecos sigue manteniendo en sus cárceles a numerosos resistentes saharauis sometidos a condiciones inhumanas y degradantes. El asunto de las personas saharauis desaparecidas constituye igualmente un tema preocupante. Las afrentas a las que se dedican actualmente las autoridades de ocupación con el vano objetivo de amordazar las reivindicaciones emancipadoras del pueblo saharaui claman también a la conciencia de la comunidad de naciones, de igual forma que a su capacidad de imponer el respeto de sus decisiones a los Estados recalcitrantes". Por su misma esencia, hecha de generosidad, de respeto al prójimo y de la condición humana, el enfoque humanitario no podría ser selectivo o tributario de contingentes que tengan poco o mucho que ver con las normas internacionales reconocidas, y el pueblo saharaui, como víctima, tiene derecho también a la solicitud y atención del mundo para que se ponga término definitivamente a las graves violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por la potencia ocupante. La causa del pueblo del Sáhara Occidental es una justa causa que merece ser unánimemente apoyada, tanto debido a los acontecimientos felices vividos por las demás naciones oprimidas, a lo que se une el pueblo saharaui, en la estela del inexorable camino hacia la libertad de los pueblos coloniales, y a los numerosos pueblos más que han roto para siempre las cadenas envilecedoras de la servidumbre. No sabría acabar mis palabras sin agradecer a los representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja que, una vez más, han aportado su inestimable experiencia humanitaria para que la presente operación de liberar a los prisioneros marroquíes sea coronada por el éxito, a semejanza de las precedentes. Señor Senador, En nombre del pueblo del Sáhara Occidental, así como en nombre de la Directiva del Frente Polisario, tengo el honor de entregaros oficialmente a los cuatrocientos cuatro últimos prisioneros de guerra marroquíes. Os lo agradezco". (SPS)