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Organizaciones alemanas lamentan el silencio observado sobre la desertificación en el Sáhara Occidental

Berlín, 19/06/2005 (SPS) "Ecología Crítica" y el Comité Alemán de Amigos del Pueblo Saharaui han lamentado en un comunicado el silencio que observa la comunidad internacional sobre la desertificación del Sáhara Occidental, pidiendo la adhesión de este país a los Estados miembros de la convención de Naciones Unidas para la lucha contra la desertificación de 1996 (UNCCD). En un comunicado conjunto publicado con motivo de la Jornada Mundial de Lucha contra la Desertificación y la sequía, las dos asociaciones alemanas indican que "el papel destructivo de Marruecos en lo que concierne a la destrucción medioambiental es ocultado aún", estimando que "la implantación por los nuevos colonos de explotaciones agrícolas "modernas" agota las preciosas capas freáticas, destruye la cultura nómada indígena y abre el camino a la desertificación". Marruecos mantiene un saqueo sistemático de la arena de las costas del Sáhara Occidental, amenazando con provocar un verdadero desastre ecológico. Miles de toneladas de la arena de las dunas doradas que causan la belleza de las playas saharauis, en una extensión de 15O0 km, es encaminada por vía marítima hacia los centros turísticos marroquíes, en dirección a las islas del Pacífico e incluso vendida a España para las playas del Mediterráneo andaluz. Como se sabe, la sobreexplotación de los recursos haléuticos del país ha causado que algunas especies de peces estén en vías de desaparición por no respetarse el reposo biológico, así como por la utilización de redes prohibidas. Varias especies de animales, entre ellas las gacelas, avestruces, los fennecs y los reptiles prácticamente han desaparecido, al ser el principal recurso de aprovisionamiento de carne de los casi 200.000 soldados marroquíes apostados en el muro de defensa de 2000 Kms que divide el país en dos partes. Las escasas acacias que aparecen aquí y allá en los oasis saharauis han sido cortadas para servir de soportes a los alambres de espino que protegen el muro defensivo, mientras que los pozos han sido destruidos o envenenados por las fuerzas de ocupación marroquíes que desde hace más de un cuarto de siglo se han entregado a una política sistemática de tierra quemada, como igualmente se sabe. (SPS)